Rubio Esteban, José Vicente (1900-?)

Nació en Zaragoza el cinco de abril de 1900.

Premio extraordinario de Licenciatura en Ciencias Químicas por la Universidad de Valencia, según título expedido el 21 de noviembre de 1921, y Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Central de Madrid con la tesis doctoral “Las figuras de la desecación y la constitución de las soluciones coloidales”.

En el curso 1920-21, último de sus estudios universitarios, fue pensionado por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valencia para seguir los trabajos que se llevaban a cabo en el Laboratorio de Investigaciones bioquímicas que dirigía en Zaragoza el catedrático doctor Antonio de Gregorio Rocasolano (JAE, Memoria correspondiente a los años 1922-23 y 1923-24, página18).

Desde el 1 de diciembre de 1921 fue ayudante interino de la sección de Ciencias de la Universidad Literaria de Valencia y en  1924 fue nombrado encargado de la cátedra de Química General de la Universidad de Murcia, por traslado del titular Antonio Ipiens Lacasa a Valencia. Ocupó este puesto hasta el 26 de marzo de 1926 cuando obtuvo la cátedra de Física y Química del Instituto de Cartagena (Orden de 20 de marzo de 1926, Gaceta de Madrid, núm. 86, de 27 de marzo, pág. 1595). Trasladado a Murcia, en cuyo  Instituto tomó posesión  el 1 de agosto de 1929, volvió a ser nombrado Ayudante de clases prácticas y más tarde, en octubre de 1931, Auxiliar temporal de la Facultad de Ciencias adscrito al grupo primero y encargado de las asignaturas de Física general y Química general.

Cuando era catedrático del Instituto de Cartagena, solicitó en febrero de 1928 a la JAE una pensión para Francia de una duración de diez meses para trabajar sobre el estado coloidal. Concedida la pensión tuvo una asignación de 425 pesetas mensuales y 250 pesetas para el viaje de regreso a España.

Los trabajos se realizaron en el Laboratorio de Investigación de la Escuela Industrial de Física y Química de Paris, siendo dirigido por el profesor P. Bary.  Los estudios que llevó a cabo trataban de la constitución y propiedades de las masas gelatinizadas, consideradas como disoluciones sólidas por lo que investigó los fenómenos de hinchamiento y la gelatinización de las disoluciones coloidales. Analizó asimismo las teorías relacionadas con dichos fenómenos y las relativas a la distinción de los sistemas “gel” y “masas gelatinizadas”. Igualmente realizó otros trabajos puramente experimentales, relacionados con los anteriores, sobre las figuras obtenidas por desecación lenta de las soluciones coloidales. Así el examen microscópico de los depósitos o pectografías obtenidas por desecación, nuevo método de estudio de los sistemas coloidales,  aplicado por el profesor Bary al óxido hidratado de hierro,  fue extendido a otros óxidos metálicos o sustancias coloidales diferentes. Con ese procedimiento se perseguía  comprender esencialmente la obtención por diálisis por vía química de las soluciones coloidales en estado de pureza y estabilidad suficientes por desecación lenta en la estufa o en vacío sulfúrico, y el estudio microscópico de dichos depósitos. Además de estas operaciones generales, en cada caso particular se introducían  las variaciones necesarias y se realizaban  los ensayos adecuados para generalizar en lo posible las observaciones definitivas.

Al regresar a España José Vicente Rubio Esteban continuó las investigaciones iniciadas en Paris en el Instituto de Cartagena, tal y como indica en su trabajo “Constitución y propiedades de las masas gelatinizadas” publicado en los Anales de la Sociedad Española de Fisica y Química,  tomo XXIX, 1931, páginas 516-537, donde expresamente señala que el trabajo que presenta se ha realizado en el mencionado Instituto de Cartagena.   

En 1933 y mediante el concurso especial que se hizo entre catedráticos y encargados de curso obtuvo de forma interina la cátedra de Física y Química del Instituto Quevedo donde coincidió con Vicente Sos Baynat, Ángel Revilla Marcos, José Luis Asiaín Peña, Antonio Carsi Zacares, Gabriel León Trilla y Moisés Sánchez Barrado. Pero solo permaneció un curso en dicho centro ya que a petición propia se dejó sin efecto su agregación al mismo en julio de 1934  (Orden de 13 de julio de 1934, Gaceta de Madrid, núm. 199,  de 18 de julio,  pág. 626) pasando de nuevo a la cátedra de la que era numerario en el instituto murciano en el que durante la guerra civil siguió impartiendo sus clases, en un principio de forma interina y gratuita  al no haber sido readmitido en su puesto docente, compaginándolas con  el Colegio de Huérfanos de Asalto y Guardia Civil que existía en Espinardo. En esa época fue requerido como experto en Física y Química para que trabajara en la fábrica de pólvoras de La Nora y en el arma de Aviación, donde por su condición de catedrático hubiera alcanzado inmediatamente el empleo de capitán, pero rehusó ambas proposiciones. A pesar de lo cual, y solo unos días antes de la finalización de la guerra fue asimilado a la categoría de Sargento a partir de su puesto de guardia del Cuerpo de Seguridad (Grupo uniformado) (Orden de 2 de marzo de 1939, Gaceta de la República de 5 de marzo, número 64, página 498).  

Quizás por actitudes como esas, al terminar la guerra fue confirmado en su cargo de catedrático del instituto de Murcia por parte de la Comisión Depuradora provincial por resolución de 25 de octubre de 1939. Durante el curso 1939-40 estuvo adscrito al Instituto de San Isidro. Ese mismo año y mediante concurso de traslado pasó al Instituto Lope de Vega de Madrid y a partir de ese momento su labor se circunscribió al ejercicio de su cátedra sin que se le conozca ningún otro tipo de actividad especial diferente a la docente.

En 1947 fue nombrado miembro de la Sección segunda del Consejo Nacional de Educación junto otros docentes como Pedro Puig Adam, Eugenio Montes, Ernesto Giménez Caballero, Antonio Álvarez de Linera y los directores de los institutos madrileños San Isidro y Cardenal Cisneros.

Principales obras.-  "Figuras de desecación de las soluciones coloidales de alúmina y óxido de cromo”, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, tomo XXVII, 1929, p. 273; “Constitución y propiedades de las masas gelatinizadas”, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, tomo XXIX, 1931, p. 516; Las figuras de desecación y la constitución de las soluciones coloidales, Tesis Doctoral; Elementos de Química, La Moderna. Murcia. 1936.

Fuentes.- Expediente JAE 128-528 del Archivo de la Residencia de Estudiantes; Memoria JAE Cursos 1928-29 y 1929-30; Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares (Madrid): Expediente personal   Caja 32/02215; Expediente de licenciatura  Caja 31/156644; Expediente de depuración  Caja 32/16783; Archivo Central del M.E.C. Alcalá de Henares (Madrid): Título profesional  7484-42; López Martínez, J. D., La enseñanza de la Física y Química en la educación secundaria en el primer tercio del siglo XX en España, Tesis doctoral, 1999, Universidad de Murcia; Vidal de Labra, José Abelardo:  Recorrido histórico-docente por el gabinete de Física del antiguo Instituto Provincial de 2ª Enseñanza de Murcia IES Alfonso X el Sabio, Murcia, Consejería de Educación, Formación y Empleo, 2009; Cátedra 1960-61. Prontuario del profesor. Publicaciones de la Dirección General de Enseñanza Media. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid. 1960. p. 1136.

 

 

                                                                       Vicente Fernández Burgueño

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