Gabriel Martín Cardoso (1896-1954)
Nació en Madrid el 21 de marzo de 1896. En 1917 se licenció con premio extraordinario en la Facultad de Ciencias, sección de Naturales, de la Universidad Central [1]. Nada mas acabar sus estudios universitarios se vinculó al Museo Nacional de Ciencias Naturales, de cuya institución fue becario en el curso 1918-1919 trabajando en el arreglo de colecciones mineralógicas y geológicas y encargándose de la parte de Petrografía en un cursillo anual que se impartía en el Museo, en cuyos laboratorios, especialmente en el de Mineralogía, trabajó entre los años 1919 y 1922, impulsado por su predilección por los estudios mineralógicos y petrográficos. En el curso de 1920 a 1921 también realizó trabajos en el Laboratorio de Investigaciones físicas de la JAE donde se adiestró en la técnica del análisis mineralógico-espectrográfico. Por esa época también trabajó en el laboratorio de Química del Museo Pedagógico Nacional y fue ayudante de clases prácticas en la asignatura de Cristalografía de la Universidad Central que impartía su maestro Lucas Fernández Navarro. Asimismo asistió, gracias a una propuesta de la JAE, sancionada por una real orden de 30 de abril de 1921, al curso de Fisiología vegetal que el Profesor Lewis Knudson, Director del Laboratorio de Fisiología vegetal de la Universidad de Cornell, de Ithaca (Estados Unidos) impartió en el Jardín Botánico de Madrid, por invitación de la Junta para ampliación de Estudios.
Siendo catedrático, por oposición, de la asignatura Historia Natural y Fisiología e Higiene en el Instituto General y Técnico de Castellón, y cuando estaba “practicando estudios petrográficos y de análisis espectral y químico de minerales, con preferencia, de aquellos que contienen metales de las tierras raras” bajo la dirección de Lucas Fernández Navarro y Angel del Campo, solicitó a la JAE una pensión de seis meses para realizar estudios mineralógicos y petrográficos con el profesor Groth de la Universidad de Munich que le fue concedida por real orden de 15 de septiembre de 1922 y que le fue prorrogada por otros seis meses por otra real orden de 12 septiembre de 1923.
Tal y como recoge una Memoria de la JAE esa primera estancia fue bien aprovechada por este pensionado, quien “estudió en la Universidad de Múnich, bajo la dirección del profesor doctor P. v. Groth, las pegmatitas y sus minerales acompañantes, a fin de dedicarse después al estudio de los yacimientos españoles. En la capital de Baviera comenzó el examen de las magníficas colecciones sistemáticas y paragénicas que posee el Instituto mineralógico de Múnich y en ellas el estudio detenido cristalográfico, topológico y bibliográfico de los minerales de las pegmatitas. Siguiendo las instrucciones del profesor Groth y de sus ayudantes señores Mieleitner y Steinmtz (ambos Privatdozent de la Universidad) se ocupó en el examen macroseópico, determinaciones goniométricas y cálculo cristalográfico; en el laboratorio de Petrografía y bajo la dirección de los profesores doctores Weber y Heim, del estudio micrográfico y examen de las colecciones petrográficas. Con el doctor Müllbaner, asistente del señor Groth, hizo excursiones a los macizos graníticos de la frontera bavarochecoeslovaca, visitando Rabenstein, Pleystein y Hagendorf, localidades todas muy notables por sus pegmatitas, de tipo fosforado, y la última tan importante que, con la de Chanteloube (Francia), es la primera del globo por la variedad y riqueza de fosfatos pegmáticos. Visitó las colecciones regionales de Regensburg y la del “Geologische Landsanstalt” de Leipzig, en la que figuran magníficos ejemplares de pegmatitas de Penig y otras localidades sajonas. Y asistió a los cursos universitarios siguientes: Mineralogía, del profesor Groth; Determinación práctica de minerales, del doctor Steinmetz; Geología práctica, del doctor Káiser; Determinación práctica de rocas, del profesor Weber; Métodos de cálculo y dibujo de cristales, del doctor Steinmetz; Prácticas de Cristalografía del mismo profesor, así como el de Génesis mineral y Petrografía microscópica, del profesor Weber [2].
A partir de entonces se desarrolló una intensa actividad investigadora de Gabriel Martín Cardoso en tierras alemanas por varios años.
Tras pasar unos meses en el Instituto de Castellón durante parte del año 1924 y efectuar una donación de cristales al Museo Nacional de Ciencias Naturales solicitó una nueva pensión para trasladarse nuevamente a Alemania, en esta ocasión al Instituto Mineralógico de Leipzig. Justificó su propuesta, fechada en Castellón el 12 de mayo de 1924, aduciendo “Que en dichos estudios que llevó a cabo para determinar las pegmatitas y sus minerales acompañantes, realizándolos principalmente bajo la dirección del Profesor Dr. P. Groth en Munich, pudo apreciar la trascendencia de las investigaciones röntgenográficas en el campo de la Cristalografía, ciencia la más útil y necesaria para el conocimiento de los minerales que ofrecen dificultades al análisis químico. La aplicación de la Röntgenografía a la Cristalografía, es decir, a la determinación de la arquitectura molecular y por consiguiente a la Mineralogía, es reciente; pero demostrado su positivo valor con el análisis de los lauediagramas, se ofrecen nuevos horizontes para la Ciencia mineral, de un extraordinario interés. De los laboratorios europeos dedicados a las citadas investigaciones, acaso sea el primero el Mineralogisches Institut de Leipzig, tanto por su instalación como por estar dirigido por el eximio Profesor Dr. Friedrich Rinne, de cuya amabilidad, el que suscribe ha recibido el ofrecimiento de lugar y ayuda en aquel Instituto para iniciarse en esta clase de estudios.
Esa solicitud para hacer estudios de Cristalografía Roentgenográfica en Leipzig fue atendida y a propuesta de la JAE se le concedió por Real orden de 17 de octubre de 1924 una pensión de tres meses. Antes de desplazarse a Leipzig tomó posesión de la cátedra en su nuevo destino del Instituto de Teruel, donde sus clases fueron impartidas por el profesor auxiliar Luis Acubia. A principios de 1925 Martín Cardoso envió desde Leipzig una memoria, conservada actualmente en el archivo de la JAE, en la que informó de los trabajos que había efectuado en esa ciudad alemana y explicó la conveniencia de obtener una prórroga dada la importancia de las investigaciones que estaba realizando, “que por la riqueza mineralógica de España ofrecen gran interés en nuestro País, [y] donde hasta la fecha no han comenzado a efectuarse”. La prórroga, tras ciertas dudas según revela una nota de Eduardo Hernández Pacheco[3], le fue concedida por cinco meses según otra Real orden de 17 de febrero de 1925. De esa segunda estancia en Alemania la JAE informó en otra de sus memorias de la siguiente manera:
“Realizó sus estudios en el Instituto Mineralógico de Leipzig. Bajo la dirección del profesor Rinne y de sus ayudantes, doctores Hentschel y Seebach, comenzó a iniciarse en los nuevos métodos de investigación roentgenográfica: primero examinando y aprendiendo el manejo de los aparatos correspondientes, cuya instalación, calidad y perfección hacen que sea el Laboratorio mencionado del Instituto Mineralógico de Leipzig, por el que han desfilado y trabajado los más eximios cristalógrafos alemanes, uno de los primeros de Europa. A la vez, en la selecta y abundante Biblioteca que posee el Instituto, pudo documentarse bibliográficamente, seguir paso a paso el desarrollo de la Cristalografía roentgenográfica, ciencia que apenas cuenta doce años de existencia, si bien su desarrollo rapidísimo alcanza ya proporciones considerables, e hizo variados ejercicios previos de proyección, cálculo cristalográfico y manejo de goniómetros, antes de empezar el análisis de fotogramas. En la abundante colección de éstos allí existentes, y eligiendo variados clichés y films, estudió y analizó las diversas clases de fotogramas: diagramas Bragg, Lauediagramas, diagramas Bebye-Scherrer y diagramas Polanyi. Más tarde comenzó el estudio de la Epsomita (sulfato magnésico hidratado), obteniendo espectrogramas Bragg y Lauediagramas de cristales que talló en varias direcciones por el método Wülfing, y llegando a determinar la estructura de la indicada substancia. Los resultados de esta investigación, con la aprobación del profesor Rinne, han sido remitidos a la revista Zeitschrift für Kristallographie para su publicación en plazo próximo. Además, asistió a los cursos de Cristalografía y Mineralogía con sus prácticas, que tiene a su cargo el señor Rinne; al de Estereoquímica cristalina, del doctor Hentschel; visitó los laboratorios roentgenográficos de Múnich y Berlín-Dahlem; asistió a las conferencias sobre estructura de la materia del mencionado profesor Rinne y de pseudomórfosis, del doctor Laubmann, y realizó excursiones mineralógicas a Rammelsberg (Harz) y a Penig (Sajonia), habiendo visitado y examinado las colecciones mineralógicas de Goslar, Dresden y Leipzig”.[4]
A su regreso a España y tras instalarse en Teruel Gabriel Martín Cardoso, maniobró a finales de 1925, con el apoyo del director de su Instituto, para que se le agregase temporalmente a los laboratorios de la JAE con el fin de completar los estudios empezados en Alemania alegando:
Que … durante todo el tiempo de duración de la misma [de la pensión] ha venido ocupándose en adquirir la técnica y conocimientos necesarios para la aplicación de los rayos X en la determinación de cristales y minerales. Estos estudios han tomado hoy día en el extranjero, especialmente en Alemania, Estados Unidos e Inglaterra, un impulso extraordinario; han conseguido explicar muchos fenómenos químicos por la estructura cristalina, y numerosas propiedades de los cristales por la estereoquímica, identificando más y más ciencias tan importantes como la Físico-química molecular y la Cristalografía; han permitido variadas aplicaciones en el terreno práctico, tales como la determinación de materias filamentosas y de aleaciones y han resuelto no pocos problemas de las complicadas estructuras de los cristales.
Como puede decirse que esta Ciencia aún está en sus comienzos por datar las primeras experiencias del año 1912 (investigaciones de Laue, Friedrich y Knipping en Munich), en España aún no han empezado a realizarse en el campo cristalográfico.
Sin embargo, en los laboratorios que esa Junta posee en el Palacio del Hipódromo, en Madrid, existen medios y aparatos para poder llevarlas a cabo, como en el campo de la Física vienen ejercitándose; en cambio en esta localidad de Teruel, donde el que suscribe presta sus servicios como Catedrático, la carencia absoluta de medios impide totalmente que pueda continuar realizando la labor que comenzó en Alemania.
Esta petición fue rechazada el 9 de abril de 1926 por el Director General de Enseñanza Superior y Secundaria ya que por Reales Ordenes de 17 de septiembre y 20 de octubre de 1923 y 20 de diciembre de 1924, dictadas por el Directorio Militar, se habían prohibido las agregaciones de funcionarios. Tras esa decisión gubernamental Gabriel Martín Cardoso parece ser que movilizó a sus contactos en Alemania y así logró obtener una pensión de la Fundación “Alexander von Humboldt” de Berlín, de 125 marcos mensuales. En Alemania empezaba a ganarse un prestigio científico gracias, por ejemplo, a un trabajo que había publicado en la revista especializada Zeitschrift für Kristallographie sobre la epsomita en ese año de 1926. Esa pensión alemana, que le fue concedida inicialmente por un año para proseguir sus investigaciones en Cristalografía reoentgenográfica y Petrografía, se prolongaría hasta 1929, viviendo en esa ocasión casi tres años en Alemania, fundamentalmente en Leipzig y Breslau, ciudad donde hizo investigaciones en el Laboratorio Roentgenográfico del Instituto de Química inorgánica de su Escuela Politécnica.
Para poder ausentarse de su cátedra de Teruel solicitó al presidente de la JAE el 7 de septiembre de 1926 que se le otorgase la consideración de pensionado, lo que consiguió. En efecto una Real orden de 9 de noviembre de 1926 le concedió esa consideración por un año en Alemania, que le fue prorrogada por otro año y nueve meses por Reales órdenes de 5 de noviembre de 1927 y 5 de septiembre de 1928. En ese largo período prosiguió sus investigaciones participando en congresos científicos como el que tuvo lugar en Breslau en septiembre de 1927[5], y acumulando numerosos conocimientos que luego daría a conocer en publicaciones científicas españolas en los años previos a la guerra civil.
A su regreso definitivo de Alemania solicitó el 4 de enero de 1930 ser admitido en el curso que se impartía en la Cátedra Cajal de la JAE sobre investigaciones físicas sobre Roentgenografía y su aplicación al estudio de la estructura cristalina en el que participaba el prestigioso profesor e investigador Paul Scherrer, de Zurich, En su sesión de 4 de febrero de 1930 la JAE admitió su petición. Ese mismo año, entre el 17 de marzo y el 1 de mayo, Gabriel Martín Cardoso impartió un curso de once lecciones sobre “La aplicación de los Rayos X en las investigaciones mineralógicas” a nueve alumnos en las instalaciones del Museo Nacional de Ciencias Naturales[6], derivándose de las prácticas efectuadas algún importante artículo como el que firmó con Julio Garrido sobre la Teruelita (Ordóñez y La Iglesia 1996: 1428). Julio Garrido se convertiría en un estrecho colaborador. También en 1930 la JAE publicó su obra científica más importante Los modernos métodos roentgenograficos aplicados en la determinación de la estructura cristalina de la epsomita.
Por esa época tomó posesión de su cátedra en un nuevo destino: el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Oviedo, y continuó con sus investigaciones pues en el curso 1930-1931 trabajó en los Laboratorios de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Naturales en el estudio de las pegmatistas de Galicia, del que se derivó una breve publicación sobre uno de sus minerales –la espomudena- publicada en el Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural.
Meses después de ser proclamada la Segunda República en la Gaceta de 6 de marzo 1932 apareció su nombramiento como catedrático numerario de Cristalografía de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central. Muy poco después el subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes Domingo Barnés y Salinas le nombró Jefe de la Sección de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Naturales con la indemnización anual de dos mil pesetas. En los años republicanos previos al estallido de la guerra civil asumió responsabilidades en la Sociedad Española de Historia Natural donde ejerció el cargo de Contador hasta 1937, participó en numerosas excursiones científicas en compañía de otros geólogos, realizó diversas notas y escribió numerosas noticias bibliográficas en las páginas del Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Fue asimismo uno de los promotores del homenaje que una parte significativa de la elite científica republicana le hizo al químico Enrique Moles tras su ingreso en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en los salones del hotel Palace el sábado 31 de marzo de 1934[7]. A finales de 1935 fue uno de los conferenciantes elegidos por la sección de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales del Ateneo de Madrid para conmemorar su centenario hablando sobre “Los mineralogistas del Ateneo” [8].
La guerra civil la vivió entre Madrid y Valencia, manteniéndose fiel al gobierno republicano. Presidió, por ejemplo, la sesión celebrada en el Madrid asediado por la Sociedad española de historia natural el 7 de octubre de 1936 en la que comunicó el resultado de la excursión geológica que había efectuado a San Pedro y Santo Tomé de Rozador (Salamanca) los días 14 y 15 de julio, en vísperas del inicio del golpe de estado militar, y presentó una nota sobre nuevo yacimiento de Berilos en la provincia de Salamanca que había descubierto en una de sus últimas excursiones[9]. Meses después fue uno de los 23 asistentes a la última sesión celebrada por la Sociedad Española de Historia Natural celebrada en tiempos republicanos, el 8 de junio de 1937 y que fue presidida por Luis Crespí Jaume. En ella se acordó designarle representante de la Sociedad en el XVII Congreso Internacional de Geología que se celebró en Moscú en julio de 1937 [10] en el que también participaron los geólogos españoles José Royo Gómez, Vicente Sos Baynat y Rafael Candel Vila [11]. A su regreso de Moscú la Comisión Delegada de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, en sesión de 27 de septiembre de 1937, encargó a Gabriel Martín Cardoso traducir del ruso junto a Candel Vila [12] dos obras del científico ruso A.M. Boldyrev, una sobre Mineralogía y otra sobre Geofísica. Instalado en Valencia Martín Cardoso fue nombrado director accidental del Instituto Nacional de Ciencias Naturales instalado en esa ciudad. Como tal, el 13 de julio de 1938, fue autorizado por el delegado del Ministerio de Instrucción Pública y Sanidad para que el mencionado Instituto ocupase todo el edificio del antiguo Hospital del Milagro[13] .
Retrato de Gabriel Martín Cardoso en fecha indeterminada
Procedencia: artículo de Francisco J. Leonardo Docanto, 2013
Al finalizar la guerra su antiguo compañero de excursiones geológicas y asistente a su curso de 1930 el agustino Filiberto Díaz Tosaos, como encargado de la depuración del personal del Museo (Navas 2007: 313-314), informará el 5 de febrero de 1940 al Juzgado Militar sobre el comportamiento “político-social” de su antiguo jefe en el Laboratorio de Mineralogía del Museo en estos términos y con los siguientes subrayados: “Conozco hace muchos años al Sr. Cardoso y le tengo por digno producto de la incubadora bolivarista del Museo de Ciencias Naturales-Sección de Mineralogía….ya en el año 32 se encuentra su ficha masónica asociada con la de D. Vicente Sos, hechura de D. José Royo, del triunvirato de Moscú….” Y añade: “Para finalizar, le conceptúo de los más solapados e impersonales masones que padecemos y de actuación más persistentemente indeseable, y como Profesor, de lo más inepto, oscuro e inabordable. Ahora que en su conducta religiosa, así va en peregrinación al Pilar, como hizo el viaje a Rusia, con los masones D. José Royo Gómez y D. Vicente Sos. Aunque otros compañeros suyos testificaron a su favor, como hizo Federico Gómez Llueca el 8 de abril de 1940 (Montero 2004:250) el nuevo régimen dictatorial sancionó a Martín Cardoso, apartándolo de su cátedra universitaria que recuperó años después, impartiendo clases hasta que falleció el 1 de enero de 1954. En los años de la posguerra mantendría una colaboración estrecha con el geoquímico gallego Isidro Parga Pondal, iniciada durante la Segunda República. Realizaron, por ejemplo, cuatro hojas del mapa geológico de Galicia a escala 1:50.000: Laxe, Carballo, Tui y Valença (mapa conjunto) y Tomiño y Caminha (conjunto), publicaron conjuntamente una nota introductoria a un importante tratado de dos geoquímicos finlandeses Kalervo Rankama y Thure Georg Sahama que se tradujo al castellano en 1954 y efectuaron estudios geoquímicos de minerales y rocas. En una revista suiza plantearon en 1948 haber descubierto en Lalín (Pontevedra) la región litinífera más rica de Europa. Presentaron además conjuntamente un comunicación –“Quimismo en algunos granitos de Pontevedra”- en el XVIII Congreso Internacional de Geología celebrado en Londres en 1948. (Docanto 2013).
Fuentes documentales
Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes. Expediente JAE 93-201, 94 pp.
Memorias de la JAE. Años 1922-1924 (Madrid 1925) p.57-58; Años 1926-1928 (Madrid 1929) p. 104.
Obras
1918. “Bosquejo geográfico-geológico de la sierra de San Vicente, Toledo”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural”, tomo XVIII, pp. 516-523
1926 “Feinbauliche Untersuchungen am Epsomit”, Zeitschrift für Kristallographie, LXIII, p. 19-33
1928 “Estudio roentgenográfico en la distena y estaurolita”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXVIII, pp. 125-130.
1929. “Sobre las orientaciones regulares de cristales y de substancias paracristalinas”, Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural, tomo XV, (Publicado en homenaje a D. Ignacio Bolívar y Urrutia), Fascículo 2, pp. 465-485.
1930. Los modernos métodos roentgenográficos aplicados en la determinación de la estructura cristalina de la epsomita, Madrid, Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Serie Geológica. Nº 37.
1931. “Espodumena o trifana de Galicia. (Mineral nuevo para España””, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXI, pp. 475-477
1931 con J. Garrido, “Sobre la estructura de la teruelita”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natual, tomo XXXI, pp. 379-396 y láminas III y IV.
1931. con J. Garrido y J. García de la Cueva, “El grupo estereocristalino de la glauberita”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXI, pp. 547-552, más láminas X y XI.
1934.con Isidro Parga Pondal, “Hallazgo de la eosforita en El Son (Coruña), Revista Las Ciencias, año I, nº 4, pp.849-850, Madrid, 1934.
1948. con Isidro Parga Pondal, “Die Lithiumpegmatite von Lalin in Galizien (Prov.Pontevedra, Spanien), Schweizerische Mineralogische und Petrographische Mitteilungen-Bulletin Suisse de Mineralogie et Petrographie, 28, pp. 324-334.
1950 con Isidro Parga Pondal “Quimismo de algunos granitos de Pontevedra”, International Geological Congress, 18 session, parte II, London, 1948.
1954 con I. Asensio Amor, “Estudio roentgenográfico de los minerales derivados por alteración de la Cordierita”, Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, sección Geológica, vol. 52, tomo extraordinario de trabajos geológicos publicado con motivo del 80 aniversario del nacimiento del profesor Eduardo Hernández-Pacheco.
1954 con Isidro Parga Pondal nota preliminar de Geoquímica de Kalervo Rankama y Th.G. Sahamam, traducido del inglés por Ignacio Bolívar Izquierdo, Madrid, Aguilar, (Colección Ciencia y Técnica), XXIV + 862 p.
Bibliografía secundaria
LEONARDO DOCANTO, Francisco J., "Los colaboradores del geoquímico gallego Isidro Parga Pondal", Tierra y Tecnología, nº 43, Primer semestre 2013, pp. 54-58; MONTERO, Ángel, “El viaje a Rusia en 1937 de José Royo Gómez y Vicente Sos Baynat”, en Carmen Diéguez, Antonio Perejón, Jaime Truyols, Homenaje a José Royo Gómez, Consell Valencià de Cultura, València, 2004, pp. 243-251; NAVAS, Alfonso, “El Museo Nacional de Ciencias Naturales durante el franquismo”, en Tiempos de investigación. JAE-CSIC, cien años de ciencia en España, coord., por Miguel Angel Puig-Samper, Madrid, CSIC, 2007, pp. 311-319; ORDÓÑEZ DELGADO, Salvador, “Semblanza de Gabriel Martín Cardoso en el centenario de su nacimiento”, Boletín de la Comisión de Historia de la Geología de España, nº 6, 1996, pp. 7-10; ORDÓÑEZ DELGADO, Salvador y A. LA IGLESIA, “Gabriel Martín Cardoso (1896-1954): el nacimiento en España de la determinación de estructuras cristalinas de minerales mediante difracción de rayos X”, GeoGaceta, 20 (6) 1996, pp. 1426-1428.
Leoncio López-Ocón Cabrera
[1] La Época. lunes 1 octubre 1917, p. 3
[2] Memoria JAE 1922-1924, pp. 57-58.
[3] En una nota fechada en Madrid el 20 de enero de 1925 Eduardo Hernández-Pacheco señalada “…el Sr. Cardoso con lo ya estudiado tiene caudal de conocimientos para que pueda exponer en los centros de la Junta las nuevas orientaciones en las investigaciones cristalográficas y petrográficas que ha aprendido en los laboratorios alemanes, razón por la cual figura su nombre en el plan de trabajos que para el curso presente se ha de desarrollar en el Museo. La Junta con su superior criterio determinará si será más conveniente que termine el Sr. Cardoso de una vez de completar sus estudios en el extranjero (sic) como solicita, o si sería más pertinente que a la terminación del plazo de pensión concedido expusiera sus conocimientos en los laboratorios de la Junta." Archivo de la JAE en Residencia de Estudiantes. Expediente JAE 93-201 p. 19
[4] Memoria JAE, 1926-1928, p. 104
[5] En efecto en un Congreso Mineralógico celebrado en Breslau leyó el 16 de septiembre de 1927 la conferencia “Estudio roentgenográfico de la estructura de la cainita realizado en el Instituto Mineralógico de la Universidad de Leipzig”. Su texto de 12 pp. con dos diagramas se conserva en el Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes. Expediente JAE 93-201.
[6] Entre esos nueve alumnos se encontraban el profesor norteamericano W.B. Gibson, que se encontraba en España haciendo estudios de Geología y Mineralogía, cuatro estudiantes de Ciencias: María del Pilar Alvarez-Unde, Julio Garrido, Carlos Velo Cobelas y Carlos Valdeavellano y cuatro capitanes de Artillería destinados en el Taller de Precisión de ese arma: Carlos Rodríguez Almeida, Javier Echánore, Luis de la Revilla y de la Fuente, José de Figueras y Figueras. También asistieron el profesor y jefe de la sección de Mineralogía del Museo Lucas Fernández Navarro, y el conservador de la misma sección el agustino Filiberto Díaz Tosaos, y a una parte del curso José Royo y Gómez, profesor del Museo y jefe de Sección, y el catedrático de instituto Federico Gómez Llueca. Una detallada memoria-resumen de ese curso se conserva en el expediente de Gabriel Martín Cardoso del archivo de la JAE de la Residencia de Estudiantes, pp. 82-84. Fue la base de la información que se ofrece en la Memoria de la JAE de 1928-1930, pp. 217-221.
[7] Ahora, viernes 30 de marzo 1934, p. 4. Los organizadores de ese evento eran según la información publicada por ese diario: Blas Cabrera, Leonardo Torres Quevedo, Ignacio Bolívar, Arturo Duperier, Julio Palacios, Juan Negrín, Ceferino López Sánchez Avecilla, José Casares, Enrique Hauser, José Giral, Obdulio Fernández, Juan Torroja, Teófilo Hernando, Pedro Salinas, Antonio Madinaveitia, Cándido Bolívar, Gabriel Martín Cardoso, Antonio Gálvez Cañero.
[8] Según información ofrecida por el diario Ahora el miércoles 13 de noviembre de 1935 ese ciclo estaba organizado de la siguiente manera: “Don Obdulio Fernández inaugurará el curso sobre el tema “Carracido”, D. Pedro Carrasco sobre “Echegaray”, D. Blas Cabrera sobre “Francisco de Paula Rojas”, sr. Hauser sobre “Rod´riguez Mourelo”, D. Honorato de Castro sobre “Merino e Ibáñez de Ibero”, D. Enrique Rioja sobre “Antonio González de Linares”, D. Gabriel Martín Cardoso sobre “Mineralogistas del Ateneo”, D. Ricardo Madariaga sobre “Geólogos y paleontólogos del Ateneo”, D. José Barinaga sobre “Alberto de Lista, matemático”, D. Francisco Vera sobre “Los matemáticos del siglo XIX”, D. José Giral sobre “Laureano Calderón”, Sr. Cuatrecasas sobre “Botánicos del siglo XIX”.
[9] Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXVI, 1936, p. 366.
[10] Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXVII, 1937, p. 15. Los asistentes que acompañaron al presidente de la sesión ese 8 de junio de 1937 fueron los siguientes socios: “Abajo, Agenjo, Benedito (L.), Bolívar Pieltain (C.), Cañizo, Chaves (A.), Cusi, Galán (F.), García Lloréns, Gómez Moreno, Lozano Rey, Lozano Cabo, Martín Cardoso, Ortiz Picón, Osorio Tafall, Peláez, Pérez Lista, Sanz Echeverría, Simón, Vázquez, Vidal Box, Zulueta”.
[11] En el Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales existe diversa documentación sobre la participación de la delegación española en ese congreso internacional.
[12] Ya Rafael Candel Vila había traducido directamente del ruso la Cristalografía de Boldyrev publicada por Labor en 1934, que mereció una entusiasta reseña de Gabriel Martín Cardoso. Ver Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXV, 1935, pp. 354-356.
[13] Ver Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales ACN0315/023