Carlos Vidal Box (Madrid 1906-Madrid 17 noviembre 1972)
Este geólogo fue profesor universitario, catedrático de Instituto e Inspector de Enseñanza Media.
Estudió en la sección de Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid donde Eduardo Hernández-Pacheco ejerció gran influencia sobre él, introduciéndole en la Sociedad Española de Historia Natural y orientándole en sus primeros trabajos científicos sobre glaciología y morfología del relieve peninsular. Sus primeros trabajos los publicó siendo aún estudiante universitario.
Carlos Vidal Box hacia 1924 en los inicios de sus estudios universitarios
Mientras efectuaba sus estudios universitarios solicitó, el 25 de septiembre de 1928, ser Aspirante al Magisterio Secundario del Instituto-Escuela dependiente de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE). Fue admitido en ese centro docente, según acuerdo de la comisión ejecutiva de la JAE en su sesión de 4 de diciembre de ese año, que prorrogó su vinculación al Instituto-Escuela en su sesión de 5 de noviembre de 1929. Por esa época participó en el homenaje que los naturalistas españoles tributaron a Ignacio Bolívar en 1929 con su trabajo “Nuevos estudios sobre glaciarismo cuaternario ibérico”.
En octubre de 1931, pocos meses después de ser proclamada la Segunda República, obtuvo junto a Emilio Guinea y López, con quien tendría una fecunda colaboración intelectual a lo largo de toda su vida, el premio extraordinario del grado de licenciado en la sección de Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid [1].
Al año siguiente ingresó por oposición en el cuerpo de catedráticos de Institutos, adscribiéndole el Ministerio de Instrucción Pública a la plantilla del instituto Velázquez de Madrid, uno de los tres nuevos institutos creados por la Segunda República en el verano de 1932. Incorporado a la Comisión de Investigaciones Geográficas, Geológicas y Prehistóricas creada en el Museo Nacional de Ciencias Naturales colaboró con su responsable, el también geólogo Francisco Hernández-Pacheco, hijo de Eduardo, en la elaboración de una monografía sobre El glaciarismo cuaternario de La Serrota (Avila), publicada en 1934.
En ese año pidió una pensión a la JAE, siendo aprobada su propuesta. En la sesión de 1 de junio de 1934 el órgano de gobierno de esa institución acordó concederle una pensión de dos meses en Francia y Suiza, otorgándole 425 pesetas de oro mensuales, y 500 ptas. para viajes. La concesión fue ratificada por orden ministerial de 27 de julio, y publicada en la Gaceta de Madrid el 1 de agosto. No disfrutó de esa pensión en su totalidad.
Al año siguiente la JAE, en su sesión de 27 de junio de 1935, le otorgó una nueva pensión en Francia también por dos meses, asignándole 425 pesetas de oro mensuales y 450 ptas. para viajes. La concesión fue ratificada por orden ministerial de 15 de julio de 1935 (Gaceta de Madrid de 20 de julio).
El objeto principal de esas pensiones fue estudiar Fisiografía en la cuenca del río Ródano y sus principales afluentes, especialmente el Isère así como estudiar en Francia formaciones cuaternarias de terrazamiento.
En su primera pensión se interesó en alcanzar dos objetivos: reconocer la morfología fluvial en la cuenca inferior del río Ródano, y estudiar la Topografía glaciar en los tramos superiores del mismo río.
Así estudió la desembocadura del Ródano (comarcas de Arlès y Aigües Mortes) para reconocer las modificaciones en el Delta durante el cuaternario y en época histórica. Luego se trasladó a Valence, no lejos de la confluencia del Isère, donde estudió el terrazamiento del Ródano. Más tarde se dirigió a Grenoble, donde auxiliado por el profesor Blanchard y sus discípulos, reconoció las formas glaciares del valle del Isère y anfiteatros morrénicos de la Cluse del Isère y Anecy. Posteriormente pasó a Chamonix donde recorrió los glaciares de Bossons, Taconaz, Gigante y Argentière, reconociendo la mayor parte de la vertiente francesa del Mont-Blanc. Luego recorrió el alto valle del Ródano, entre las cadenas del Oberland y los Alpes Pennínicos, visitando Glech y el glaciar del Ródano. Por último pasó a Lucerna donde visitó el Museo y la colección del profesor Heim, reconociendo también el glaciarismo cuaternario del valle del río Reuss.
Al regreso de su primera pensión permutó su plaza en el Instituto Velázquez de Madrid con una cátedra en el Instituto de Tortosa y luego pasó a formar parte de la plantilla del Instituto de Orihuela como catedrático de Historia Natural. Finalmente en octubre de 1935 le agregaron al Instituto Goya de Madrid [2]
En su sesión de 23 de junio de 1936 el Comité de Patronato del Instituto-Escuela de la JAE propuso la creación de una plaza de catedrático de Ciencias Naturales en la Zona del Retiro de esa institución educativa, designando a Carlos Vidal Box para que la ocupase. La petición fue concedida por orden ministerial de 17 de julio de 1936 (Gaceta de Madrid de 3 de agosto).
En los años republicanos desarrolló una notable actividad científica, publicando diversas monografías, mayoritariamente en las páginas de las publicaciones de la Sociedad española de Historia Natural, de la que fue un activo miembro. Así en la sesión mensual celebrada en diciembre de 1934 describió las señales de glaciares cuaternarios que había descubierto en la sierra de Bohoyo, en Ávila.[3] En la sesión de enero de 1936 fue designado, a propuesta de Cándido Bolívar Pieltain, para formar parte de una comisión para elaborar una propuesta sobre la modificación y mejoras de la revista “Reseñas Científicas” que editaba esa sociedad científica[4]. En sus artículos de esos años y en los que publicaría en la posguerra se aprecian sus dotes de dibujante. Tal y como han destacado Martínez de Pisón y Castañón Alvarez (2006) sus aportaciones en esos años marcan “una etapa brillante en las representaciones gráficas de nuestro relieve”
Bloque-diagrama de la Sierra de Gredos (Vidal Box, 1936)
Muy poco después de la finalización de la guerra de España presentó en 1939 su tesis doctoral en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid titulada Morfología y tectónica de la cordillera central, en el segmento comprendido entre Ávila y Béjar.
Durante el franquismo tuvo una intensa vida científica y docente, llegando a ser inspector de Enseñanza Media del Estado.
Como naturalista participó junto a Francisco Hernández Pacheco y Emilio Guinea López en una expedición al Sahara en 1943 [5], cuyos resultados científicos se presentarían en 1949. En la década de 1940 trabajó con intensidad con los geólogos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, particularmente con Francisco y Eduardo Hernández-Pacheco, ayudando a organizar una Sala de Geomorfología dotada de 50 maquetas “muy expresivas” que ilustraban las formas de relieve más características de la España peninsular e insular, así como de antiguos territorios españoles (Filipinas) y de otras regiones del globo [6].
Según Martínez de Pisón y Castañón Álvarez (2006) fueron realizadas en escayola policromada y en madera entre 1942 y 1945. Estos autores destacan, entre ellas, una de Peñalara con sus formas glaciares que aún conserva alto interés didáctico y exponen que están “hoy por desgracia arrumbadas”. Sin embargo varias se encuentran actualmente distribuidas en centros docentes, como en el madrileño Instituto de Enseñanza Secundaria Isabel la Católica, heredero del Instituto-Escuela de la JAE o el IES Vega del Turia de Teruel donde existe un bloque diagrama que representa el cañón de Ordesa
Como catedrático de instituto impartió clases durante varios años en el instituto madrileño Beatriz Galindo, donde llegó a ser Jefe de Estudios.
Entre 1956 y 1970, aproximadamente, trabajó primero como Inspector Extraordinario y luego como Inspector Numerario de Enseñanza Media del Estado. Destinado al Centro de Orientación Didáctica del Ministerio de Educación Nacional y luego a la Escuela de Formación del Profesorado de Grado Medio fue un actor fundamental en la renovación de la enseñanza de las ciencias naturales en el bachillerato español en la década de 1960 como han destacado Fonfría y otros colaboradores (2005). Así se aprecia en sus numerosos artículos sobre metodología de las Ciencias Naturales aparecidos en la Revista de Enseñanza Media (1956-1971), o en sus relevantes libros Didáctica y Metodología de las Ciencias Naturales de 1961, y Parques y jardines de España de 1969, escrito en colaboración con su compañero de promoción universitaria Emilio Guinea López y en su muy interesante obra póstuma Guía de recursos pedagógicos en Madrid y sus alrededores, publicada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 1976.
Preocupado por impulsar una enseñanza ambiental y práctica de las ciencias naturales concibió esos libros a modos de guías para que “profesores y alumnos aprendieran a ver la naturaleza, a interpretarla, a gustarla”. A los profesores intentó ofrecerles medios para que pudiesen llevar a cabo una pedagogía práctica en la enseñanza de las ciencias naturales, ofreciéndoles pautas para la instalación y organización de laboratorios en su Didáctica y metodología de las ciencias naturales. Y estimuló a los estudiantes a realizar investigaciones en el campo de verdaderos conjuntos de vida como el bosque o el arroyo. Consideraba fundamentales las prácticas de los profesores con los alumnos en plena naturaleza por su valor didáctico pues “proporcionan visión y conocimiento sintético de los grandes cuadros vivos del medio natural y demuestran las correlaciones existentes entre los vegetales y animales que allí viven, la vida que se desarrolla en un lugar determinado en relación también con el marco geológico inanimado que lo encuadra”.
Se convirtió por tanto en la década de 1960 en un gran defensor de la enseñanza concreta y experimental, en la que se concedía gran importancia a la adquisición de conocimientos mediante el método activo, según el cual los alumnos debían participar de forma directa en el desarrollo de las clases y realizar por ellos mismos los descubrimientos y experimentaciones. Para desarrollar esa metodología consideró que eran imprescindibles los paseos y excursiones escolares como las que presentó de manera atractiva en su Guía de recursos pedagógicos en Madrid y sus alrededores con las que pretendía que el alumno interaccionara de manera práctica con el medio ambiente.
Quienes se han aproximado a la labor pedagógica de Vidal Boix estiman que se le puede considerar “un precursor de la introducción de la Ecología y de la Educación Ambiental en la enseñanza española, ya que desde finales de los años 50 del siglo XX divulgó las nuevas tendencias de la enseñanza europea de las Ciencias Naturales, basadas en procedimientos de investigación y en trabajos prácticos realizados en plena naturaleza, que permitían al alumnado conocer las relaciones existentes entre los vegetales, los animales y el ambiente físico en el que vivían. Establecía así una continuidad entre las propuestas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza y la práctica docente que se generalizaría al final de los años setenta del siglo XX, cuando empezó a difundirse la Educación Ambiental entre el profesorado español”. (Fonfría et al. 2005).
Fuentes
Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes: Ha desaparecido su expediente. Se conserva su ficha de pensionado.
Memorias de la JAE de los años 1933-1934, pp.164-165.
Archivo General de la Administración (5)17. 8565 58
Obra de Carlos Vidal Box
“Nuevos estudios sobre glaciarismo cuaternario ibérico”, Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, tomo XV, 1929 p. 585-592, publicado en homenaje a D. Ignacio Bolívar.
“Notas petrográficas”, Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, tomo XXX, 1930, p. 83-86
“Morfología del valle alto del río Manzanares”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, tomo XXX, 1930 p. 303-331, láms. IV-VIII
“Morfología glaciar cuaternaria del macizo Oriental de la Sierra de Gredos”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, tomo XXXII, 1932, pp. 117-135
“Notas sobre glaciología pirenaica”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, tomo XXXIII, 1933, p. 273-285
“Formación sienítica del puerto de la cueva del Maragato (Avila)”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXIV. 1934, p. 117-120.
en colaboración con Francisco Hernández-Pacheco El glaciarismo cuaternario de La Serrota (Ávila), Madrid, Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas-Museo Nacional de Ciencias Naturales, 1934, 59 p., XX h de láminas (Comisión de Investigaciones Geográficas, Geológicas y Prehistóricas. Memoria nº 1.)
“Contribución al conocimiento morfológico del segmento occidental de la Sierra de Gredos (Bohoyo), Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, Madrid, tomo XXXV, 1936, pp. 79-81.
Morfología y tectónica de la cordillera central, en el segmento comprendido entre Ávila y Béjar, tesis presentada en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, Madrid, 1939, 2 vols. (con 59 fotografías en blanco y negro, 6 ilustraciones y 2 mapas).
“Contribución al conocimiento morfológico de las cuencas de los ríos Sil y Miño”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XXXIX, 1941, p. 121-152
“La línea morfotectónica meridional de la Sierra de Guadarrama”, Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 1942, tomo 40, pp. 117-132
“Notas previas a un estudio morfológico y geológico de la alta cuenca del río Sil, cuencas de Laceana y Babia Alta (provincia de León), Revista de la Real Academia de Ciencias de Madrid, tomo XXXVI, 1944 ?, p. 95-117
“La edad de la superficie de erosión de Toledo y el problema de sus Montes-Islas: estudio morfológico comparado con el de los relieves áridos del Sahara español”, Revista de la Real Academia de Ciencias de Madrid, tomo XXXVIII. Segundo premio en el concurso ordinario de la Academia, correspondiente a 1944.
“La nueva sala de Geografía Física del Museo Nacional de Ciencias Naturales”, Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 1944, tomo 42, pp. 477-486
Con Francisco Hernández-Pacheco “La tectónica y la morfología del macizo del Monte Perdido y de las zonas de cumbres inmediatas en el Pirineo central”, Pirineos. Revista de la Estación de Estudios Pirenaicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1946, nº 4, pp. 69-108.
“Una sugerencia y anteproyecto en favor de la creación de un Museo Nacional de Geografía”, Estudios Geográficos, año VII, 1946, nº 24, pp. 411-418.
“Nuevas aportaciones al conocimiento geomorfológico de la Cordillera Central”, Estudios Geográficos, año IX, 1948, nº 30, pp.5-52, VII p. de lám, 2 h. de map.
“Noticia acerca de un yacimiento petrolífero en Chinchilla de Monte Aragón (Albacete)”, Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, tomo XLVI, 1948, p. 411-423
Con Eduardo Hernández-Pacheco Esteban, Manuel Alia Medina y Emilio Guinea López El Sáhara español: estudio geológico, geográfico y botánico, Madrid, Instituto de Estudios Africanos, 1949, 808 p.
“Geología de los Montes Aquilianos y borde meridional de la depresión del Bierzo (León)”, Real Sociedad Española de Historia Natural, tomo extraordinario, 1954, p. 677-696.
Con Manuel Alia Medina y Josefa Menéndez Amor “Guadarrama, Massif de Peñalara et variation El Escorial-Manzanares El Real: livret-guide de l’excursion centre C3 et C4, Actas del V Congreso de la Asociación Internacional para el Estudio del Cuaternario- INQUA, celebrado en Madrid y Barcelona, 1957.
“Algunos datos sobre morfología y depósitos cuaternarios en la región montañosa de Laceana y Babia Alta (provincia de León), Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural. Sección Geologica, tomo LVI, 1958, nº 1, pp. 143-168
“La estructura geológica del borde de la depresión hullera de Laceana con la Babia Alta (provincia de León), Estudios geológicos, tomo extraordinario, v. XV, nº 41-44, 1959, p. 381-389.
Estudios del medio biológico natural: (modernas orientaciones en la metodología de las ciencias naturales), Madrid, Dirección General de Enseñanza Media, Cuadernos didácticos, 1959
Una lección de geología en el campo (el método de observación directa aplicado a la iniciación geológica de alumnos de bachillerato superior), Madrid, Dirección General de Enseñanza Media, Cuadernos didácticos, 1960?
“El aula-laboratorio de ciencias naturales”, Enseñanza media, 1961, nº 84-87, pp. 1047-1056
Didáctica y metodología de las ciencias naturales en la enseñanza media, prólogo de Arsenio Pacios López, Madrid, Dirección General de la Enseñanza Media, 1961, 348 p., XVI h de lám.
Actuales orientaciones en la enseñanza de las ciencias naturales, Madrid, Dirección General de Enseñanza Media, 1962, 39 p.
Geomorfología y geología, Madrid, Comisaría de Extensión Cultural, 1962, 2 vols.
“Los clubs de alumnos naturalistas en los centros de enseñanza media”, Madrid, Enseñanza media, 1962, nº 95-98, p. 85-90.
“Modernas orientaciones en la metodología de las ciencias naturales: estudios del medio biológico natural para alumnos de Enseñanza Media”, Enseñanza media, Madrid, 1962, nº 99-102, p. 401-414.
“Los micromodelos geomorfológicos: una lección práctica de geología dinámica en el campo a los alumnos de Bachillerato”, Enseñanza media, Madrid, 1962, nº 103-106, p. 767-772
Con Eduardo de Arco Álvarez “Aulas-laboratorios de física y química y ciencias naturales de enseñanza media”, Madrid, Dirección General de Enseñanza Media. Cuadernos didácticos, 1962.
“Primer certamen de trabajos escolares de enseñanza media: el certamen tendrá lugar en Madrid en 1965”, Enseñanza media, Madrid, 1964, nº 141-144, p. 1213-1233.
“Reflexiones sobre la enseñanza actual de las ciencias naturales en el bachillerato”, Enseñanza media, Madrid, 1965, nº 153, pp. 729-736
“D. Eduardo Hernández Pacheco: nota biográfica y necrológica (1872-1965)”, Enseñanza media, 1965, nº 155, p. 1218-1233
Prólogo a Problemas modernos de las ciencias naturales. Estudios monográficos, Madrid, Dirección General de Enseñanza Media, 1964.
Con Emilio Guinea López, Parques y jardines de España: árboles y arbustos, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, 1969.
Guía de recursos pedagógicos en Madrid y sus alrededores, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Geografía Aplicada, 1976, 588 p., 6 h de plan.
Sin fecha “El coto nacional de Gredos”, Madrid, Dirección General de Turismo.
Bibliografía secundaria.
Acaso Deltell, Eduardo, “El fenómeno glaciar cuaternario en la Península Ibérica”, Enseñanza de las Ciencias de la Tierra. Revista de la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, vol. 13, nº 3, 2005, pp. 242-251
Fonfría Díaz, José et al., “Carlos Vidal Box y la enseñanza ambiental de las ciencias naturales”, Enseñanza de las ciencias, 2005, número extra, VII Congreso.
Martínez de Pisón, Eduardo y Juan Carlos Castañón Álvarez, “Evolución del empleo de los bloques-diagrama en la representación gráfica del relieve”, en Nicolás Ortega Cantero, editor, Imágenes del paisaje, Fundación Duques de Soria-Universidad Autónoma de Madrid, 2006, pp. 101-148. Disponible en
http://www.unioviedo.es/geografia/juancar/files/2012/03/Bloques-diagrama_red.pdf
García Ortega, María Carmen, Masip, Carmen et al., “Uso didáctico de las maquetas de Carlos Vidal Box en el I.E.S. Isabel la Católica (Madrid), en Isabel Rábano y Ana Rodrigo, eds., Real Sociedad Española de Historia Natural. 20 Bienal 2013. Libro de resúmenes, Madrid, 2013, pp. 125-126.
Nieto Codina, Aurelio, “Las maquetas geomorfológicas de Carlos Vidal Box: patrimonio cultural y didáctica de las ciencias de la tierra”, en Isabel Rábano y Ana Rodrigo, eds., Real Sociedad Española de Historia Natural. 20 Bienal 2013. Libro de resúmenes, Madrid, 2013, pp. 157-158.
[1] ABC 2 octubre 1931, p. 20
[2] ver La Libertad, Madrid, 17 abril 1935, p. 10, Guía oficial de España, 1935, p. 619 y El Siglo Futuro, 17 octubre 1935, p. 4
[3] La Libertad, Madrid, 9 diciembre 1934, p. 9
[4] Ahora, Madrid, 15 enero 1936, p. 31
[5] ABC 1 diciembre 1943, p. 18
[6] Años después dirá Carlos Vidal Box a propósito de esa sala de Geomorfología: “El objetivo principal de esta Sala es el puramente didáctico, respondiendo al deseo de reunir elementos útiles y educativos especialmente orientados para los alumnos de enseñanza media. Es la única exposición de esta clase en España, y son muy pocos los Museos en el extranjero que poseen elementos de esta especie…Se presentan los principales fenómenos geológicos en forma plástica, y a base de relieves y maquetas construidas a diferentes escalas y por procedimientos rigurosamente científicos a partir de las correspondientes cartas geográficas y geológicas”. Están recogidas estas observación de su libro póstumo Guía de recursos pedagógicos en Madrid y sus alrededores, Madrid, CSIC, 1976, p. 511. En la pág. 510 se inserta una fotografía con una vista de la mencionada Sala de Geomorfología.
Leoncio López-Ocón Cabrera