Asensio Barbarín, Eugenio

Eugenio Asensio Barbarín (1902-1996)

 

Nació en 1902 en Murieta un pequeño pueblo navarro, y falleció en Pamplona en 1996. Se trasladó a Madrid para estudiar Filosofía y Letras en la Universidad Central, en donde se doctoró con una tesis sobre el pensamiento de Quevedo. Fue ayudante de la cátedra de Latín que ocupaba entonces Julio Cejador. En 1926 obtuvo la cátedra de Lengua y Literatura del Instituto de Logroño[1].

Solicitó en 1927 una pensión para marchar a Berlín con la finalidad de ampliar sus estudios de Literatura griega en Alemania. Se proponía estudiar moralistas, sofistas y poetas del periodo romano del helenismo (Luciano, Plutarco, Epicteto y Dión Crisóstomo) para perseguir después su rastro en el Renacimiento español y aclarar su influencia en escritores como Villalón, los Valdés, Quevedo. Se la concedieron en 1928. En Berlín, trazó, de acuerdo con el profesor Ernest Gamillscheg, un plan de estudios. Primero se apuntó a los cursos del Instituto para Extranjeros, y cuando tuvo cierto dominio de lengua alemana se matriculó en la Universidad berlinesa. Allí asistió a las clases de Literatura helenística del profesor Derbner, Literatura bizantina que impartía Paul Maas, y Mimo y comedia antiguos del profesor Reich. También acudió a los cursos de los profesores Norden y Werner Jaeger, y a los seminarios que impartían Ulrich von Wilamowitz, Moellendorf y Fuch. Comenzó un trabajo de investigación sobre la obras de Plutarco. La pensión le fue prorrogada en dos ocasiones hasta mayo de 1930. Tuvo que regresar a España por causa de una enfermedad, una amnesia cerebral, causada seguramente por toda la actividad intelectual que estaba desarrollando.

Ya recuperado, se doctora con una tesis titulada “El estilo de Quevedo en los tratados ascéticos”, dirigida por Rafael Lapesa. A pesar de ser doctor, Asensio prefiere dedicarse a la enseñanza secundaria antes que hacer la carrera universitaria como profesor. En 1931 se traslada al Instituto de Tortosa, y ese mismo año es nombrado lector de español de la Universidad de Cambridge y también tiene que explicar un curso de Lengua y Literatura castellanas. Aprovecha la estancia para perfeccionar los estudios en filología griega que había comenzado en Berlín, por lo que se le otorga la consideración de pensionado. Todos estas estancias en el extranjero le harán dominar varias lenguas. Además del latín y el griego clásico también habla el griego moderno, el alemán, el inglés, el portugués y el ruso, pues ya en los años veinte leía a los formalistas rusos en su lengua. La versatilidad que tenía en esas lenguas le permitió leer y estudiar de primera mano numerosas obras en una época en la que no era habitual conocer de primera mano lo que se publicaba en otros lugares.

En 1935 fue nombrado catedrático de Lengua latina del Instituto Español de Lisboa[2], cargo del que fue destituido en 1937 por el Gobierno de la República[3]. La guerra le pilló en Filipinas tras hacer un un largo viaje por el transiberiano. Finalizada la contienda, el Gobierno franquista le repuso en su cátedra lisboeta.

Aislado en la capital portuguesa, Eugenio Asensio se dedicó a formar una selecta biblioteca llena de raros y curiosos y a establecer puentes entre la literatura portuguesa y la española. Cultivó la amistad de algunos amigos, sobre todo la de Dámaso Alonso. Fue un filólogo diferente, original en las formas y en el fondo, que empezó a publicar a una edad tardía. Sus reseñas eran agudísimos tratados en los que se planteaba un interesante debate crítico con el autor. Destacan entre esas reseñas “El erasmismo y las corrientes espirituales afines. Conversos, franciscanos, italianizantes” (1952), que hizo a partir de la obra de Marcel Bataillon. Pero Asensio más que un filólogo fue un humanista, amante de los textos tanto por su contenido como por su forma. Publicó ediciones de libros raros como el Tratado del niño Jesús y en loor del estado de la niñez (1969), que es la más antigua versión en nuestra lengua de un texto de Erasmo (1516). También editó los Entremeses de Cervantes. Otras obras importantes suyas fueron Poética y realidad en el Cancionero peninsular de la Edad Media (1957); Itinerario del entremés desde Lope de Rueda a Quiñones de Benavente (1965), en la que incluye cinco entremeses inéditos de Quevedo. En 1976 recogió varios artículos sobre la España imaginaria de Américo Castro, en los que muestra su disentimiento con las teorías historiográficas expresadas por Castro.

Eugenio Asensio ha sido considerado como el gran sabio en cuestiones humanísticas y literarias en la España de la segunda mitad del siglo XX. Su capacidad para dominar varios idiomas le permitió leer de primera mano lo que se hacía en otros lugares y realizar una importante tarea de comparación. A pesar de ser un solitario fueron muchos los que se aceraron a él para aprender de su sabiduría.

Obras principales:

Églogas dramáticas y poesías desconocidas de Pedro Manuel de Urrea, Madrid, Talleres Gráficos de Cándido Bermejo, 1950; Poética y realidad en el cancionero peninsular de la Edad Media, Madrid, Gredos, 1957; Itinerario del Entremés. Desde Lope de Rueda a Quiñones de Benavente : con cinco entremeses inéditos de D. Francisco de Quevedo, Madrid, Gredos, 1965; Américo Castro Historiador: reflexiones sobre "La realidad histórica de España", Baltimore (Md.), Johns Hopkins University Press, 1966; La peculiaridad literaria de los conversos, Barcelona, Anuario de Estudios Medievales, 1967; Estudios portugueses, Paris, Fundaçao Calouste Gulbenkian, 1974; La España imaginada de Américo Castro, Barcelona, El Albir, 1976; Luis de Camoes : el humanismo en su obra poética, los lusiadas y las rimas en la poesía española (1580-1640), Paris: Centro Cultural Portugués, 1982; El erasmismo y las corrientes espirituales afines : conversos, franciscanos, italianizantes, Salamanca, SEMYR, 2000; De Fray Luis de León a Quevedo y otros estudios sobre retórica, poética y humanismo, Salamanca : Universidad de Salamanca, 2005.

Fuentes:

Homenaje a Eugenio Asensio, Madrid, Gredos, 1988; Francisco Rico, “En memoria de Eugenio Asensio, El País, 23 de septiembre de 1996; Pablo Jauralde Pou, “Don Eugenio Asensio (1902-1996), Boletín de la Fundación Federico García Lorca, núm. 33-34, 2003, pp. 313-316; Francisco Abad Nebot, “Eugenio Asensio Barbarín”, Diccionario Biográfico Español, Madrid, Real Academia de la Historia, 2009, t. V, pp. 763-764; Aurora Egido, “Eugenio Asensio, un humanista singular”, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2012.

 

Mario Pedrazuela Fuentes

 

 




[1] Gaceta de Madrid, núm. 76, 17/03/1926, p. 1436.

[2] Gaceta de Madrid, Diario Oficial de la República, núm. 185, 4/7/1935, p. 207.

[3] Gaceta de la República: Diario Oficial, núm. 121, de 1/5/1937, p. 483.

 

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