Catalán Sañudo, Miguel

Miguel Catalán Sañudo. Zaragoza, 1894 - Madrid, 1957.

Es conocido fundamentalmente por sus contribuciones científicas al análisis espectrográfico de la materia, aunque durante toda su carrera simultaneó los trabajos de investigación con la docencia, primero en la enseñanza secundaria y luego en la universitaria, realizando también contribuciones destacables en este terreno.

Hijo de Agustín Catalán Latorre, catedrático de Psicología del Instituto General y Técnico de Zaragoza (quien el 9 de agosto de 1907 solicitó una pensión de tres meses para estudiar los laboratorios de esta disciplina en París con objeto de instalar uno en su centro), se licenció en Ciencias Químicas en 1915 en la Universidad de esta ciudad. Tras graduarse, y pasando algunas estancias en Madrid, simultaneó en su ciudad natal el trabajo en una fábrica de cementos (la Sociedad Aragonesa de Portland artificial, entre el 1 de octubre de 1913 y el 30 de septiembre de 1915) con la docencia en el Instituto General y Técnico de esta ciudad (fue nombrado ayudante interino de la Sección de Ciencias el 27 de octubre de 1913, pasando el 25 de octubre de 1915 por concurso-oposición al puesto de ayudante numerario).

En torno a 1914-1915 comenzó en Madrid  su vinculación con la JAE, en el Laboratorio de Investigaciones Físicas, primero participando en las prácticas de Química-Física dirigidas por Enrique Moles y Julio Guzmán[1]; después, en trabajos de Electroquímica y Electroanálisis, dirigidos por este último, y en el curso general sobre métodos espectroscópicos dirigido por Ángel del Campo y Cerdá, con quien continuaría en años posteriores y quien dirigiría su tesis doctoral (Espectroquímica del magnesio. Nuevas líneas en su espectro y en el de la plata, Universidad Madrid, 1917). 

El 8 de enero de 1919[2] fue nombrado ayudante de la Sección de ciencias del Instituto de San Isidro, tomando posesión al día siguiente. Permaneció en este centro durante dos cursos, el curso 1918-19 y el curso 1919-20[3], simultaneando con la docencia en el grupo de niñas del Instituto-Escuela desde el curso 1918-19 y como aspirante al Magisterio secundario en este mismo centro desde el curso 1919-20 (Real orden 11-X-1919)[4], donde continuó el curso siguiente, ya como profesor (Real orden de 30-4-1920[5]). El 1 de marzo de 1920 tomó posesión de la plaza de catedrático de Física y Química en el Instituto General y Técnico de Palencia, que inmediatamente cambió por una en el Instituto de Ávila. Una década después recibirá en propiedad la cátedra del Instituto-Escuela (Real orden 16-4-1930, cesando en el instituto donde estaba adscrito). Se le concedió excedencia de este centro en 1933 por ser nombrado profesor de la Fundación Cartagena (orden ministerial 20-1-1933).

Aunque probablemente la docencia no fuese una opción prioritaria en su carrera, su paso por el Instituto-Escuela no sería mero trámite (o un simple medio de obtener  remuneración) pues en él llevó a cabo experiencias interesantes, introduciendo nuevos métodos educativos, acordes con las pautas metodológicas de esta institución, basadas en el aprendizaje significativo intuitivo y experimental. En su etapa como profesor de Fisica y Química realizó en ese centro, con alumnos de último curso de bachillerato, un ensayo pedagógico inspirado en el entonces innovador sistema unitario Morrison[6]. Con el objetivo de desarrollar la iniciativa de los alumnos, intensificar su trabajo personal, y conseguir que los conocimientos adquiridos “no se olviden ya, como simples lecciones escolares, sino que queden definitivamente asimilados para toda la vida” [7], agrupó los conocimientos en torno a “unos pocos temas de vital interés para el discípulo, como, por ejemplo, el automóvil, la cámara fotográfica, la luz eléctrica, etc.”[8].

Resultado de su trabajo en esta institución, publicó, junto con León Maroto, el opúsculo “Exposición de la enseñanza cíclica de la física y la química” en 1931, donde detalla, ilustrado con dibujos de los alumnos, el proceso de aprendizaje de esta disciplina.

Tras no hacer uso de pensiones concedidas (Reales Órdenes de 28-X-1917 12-1-1918 y 14-1-1919) [9]  para una estancia de un año en Estados Unidos fue pensionado por la JAE para trabajar nueve meses con Alfred Fowler en el laboratorio de Astrofísica del Imperial College of Science and Technology de Londres (septiembre 1920-otoño 1921, Real orden de 11-10-1920). Allí asistió asiduamente a clases de Física y Química de centros de segunda enseñanza londinenses y llevó a cabo una de sus más interesantes contribuciones, el descubrimiento de los multipletes, descubrimiento que recogió en un artículo publicado en 1922 en las Philosophical Transactions of the Royal Society y que tuvo gran repercusión incluso antes de la publicación de los resultados. También fueron fruto de esta estancia, entre otros, los trabajos recogidos en las Comptes Rendus de la Academia de Ciencias de París y en la revista de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. El curso 1924-25 (Real orden de 23 de octubre de 1924), disfrutó en Munich (acompañado por su mujer, Jimena Menéndez-Pidal, hija de Ramón Menéndez Pidal, destacado historiador y filólogo , con quien contrajo matrimonio al volver de Londres) de una beca concedida por el International Educational Board de la Fundación Rockefeller, para realizar estudios de espectrografía. En 1926 fue designado miembro de la Comisión de obras e instalaciones del Instituto Nacional de Física y Química, con la ayuda financiera de la Fundación Rockefeller (para lo cual visitó durante dos meses con Enrique Moles, con consideración de pensionado, laboratorios de Francia, Alemania, Dinamarca y Holanda) y de cuya sección de espectroscopía fue nombrado jefe en 1930 (Real orden de 15-7-1939). En 1934 obtuvo en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid la cátedra de nueva creación “Estructura atómico-molecular y espectroscopía”.

Durante la guerra civil, separado de sus puestos, permaneció en Segovia, en cuyo Instituto trabajó como docente, además de en el Centro de Información de Heridos. Tras acabar la contienda no pudo regresar a su laboratorio ni a su cátedra pues fue depurado, y se ganó la vida trabajando en diferentes momentos para Mataderos de Mérida, la fábrica de productos químicos Zeltia, Industria Riojana y los laboratorios IBYS. También ejerció de docente  entre 1940 y 1946 en el Colegio Estudio, centro privado que fundara su esposa para recuperar el espíritu del Instituto-Escuela.

A principios de 1946 recuperó su cátedra universitaria, y más adelante, gracias al prestigio de que gozaba y a las ofertas laborales que recibía de Estados Unidos, accedió al centro donde entonces se llevaba a cabo la investigación oficial, el Consejo Superior de Investigaciones científicas, incorporándose al Instituto de Óptica Daza de Valdés. Allí fue nombrado, en 1950, jefe del Departamento de Espectros. El 30 de marzo de 1955 fue nombrado miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, aunque fallecería antes de poder pronunciar su discurso de ingreso.

La importancia de sus contribuciones para el conocimiento de la estructura de la materia, de gran interés también en astrofísica, le han hecho merecedor, entre otros honores el de dar nombre en 1970 a uno de los cráteres de la luna (Catalán), a un centro del CSIC (Centro de Física Miguel A. Catalán, CFMAC) y de numerosos reconocimientos, como premios de la Real Academia de Ciencias española (1924, 1926, 1929), el premio internacional Pelfort.

Publicó más de 70 artículos científicos en revistas especializadas, así como diversos trabajos didácticos.

 

SELECCIÓN DE OBRAS: con Andrés León Maroto,  Física y Química: séptimo curso, Madrid, Gráfica Administrativa, 1900; Ejercicios prácticos de Química, Zaragoza, G. Casañal, 1919; con León Maroto, A., (1925): «Enseñanza cíclica de la Física y la Química», en JAE: Un ensayo pedagógico. El Instituto-Escuela de Segunda Enseñanza de Madrid (Organización, métodos, resultados), Madrid, Tip.de la Revista de Archivos, págs. 288-342;  La orbita fundamental de los átomos, [S.l.] : [s.n.], [1923]; Efecto Zeeman del espectro del Wolframio, Toledo, [A. Medina], [1934?]; Física y Química, Librería E. Prieto, Madrid, 1939.

FUENTES: Archivo de la J.A.E., C.S.I.C., Residencia de Estudiantes, Madrid, Catalán Sañudo, Miguel A., Caja 34, Expediente 439; Velasco, R. (1977): El mundo atómico de Miguel Catalán, Comité español de espectroscopía S.E.D.O., Instituto de Óptica, Madrid; Rico, Fernando R. (1983), Miguel A. Catalán, Santander, Amigos de la Cultura Científica; Sánchez Ron, José Manuel (1994): Miguel Catalán. Su obra y su mundo, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas; VV.AA. (1995): En recuerdo del prof. Miguel A. Catalán, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Fisica "Miguel A. Catalán"; Galindo Tixaire, A. (1995): “Miguel A. Catalán: aragonés universal”, Arbor, CL, 590, págs. 9-40; Damián López, José (1999): La enseñanza de la Física y la Química en la educación española en el primer tercio del siglo XX en España, tesis presentada en la Universidad de Murcia.

 

 

Leonor González de la Lastra

 


[1] Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Memoria correspondiente a los años 1914 y 1915, Madrid, 1916, pp. 198, 199 y 200.

[2] Instituto de San Isidro, Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos estudios del mismo nombre) en el Curso de 1918  á 1919, Toledo, 1920, pp. IX y 56.

[3] Instituto de San Isidro, Resumen acerca del estado del Instituto de San Isidro de Madrid (Antiguos estudios del mismo nombre) en el Curso de 1919  á 1920, Toledo, 1921, p. 56.

[4] Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Memoria correspondiente a los años 1918 y 1919, Madrid, 1920 , pp. 282 y 306-308. http://cedros.residencia.csic.es/imagenes/Portal/ArchivoJAE/memorias/007.pdf

[5] Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Memoria correspondiente a los años 1920 y 1921, Madrid, 1922, p. 252. http://cedros.residencia.csic.es/imagenes/Portal/ArchivoJAE/memorias/008.pdf

[6] Henry C. Morrison (1871-1945), profesor de la Universidad de Chicago, criticando los métodos de aprendizaje basados en la memorización de lecciones, consideraba que el alumno aprendía mejor teniendo que adaptarse o responder a una situación concreta. Propuso un método de aprendizaje basado en unidades didácticas comprensivas, orientadas a facilitar que el alumno fuese capaz de entender y aplicar lo aprendido. Este plan aparece descrito en su obra The Practice of Teaching in the Secondary School, publicada precisamente en 1926. Citado en Moreno García, J. M. (1967): “Introducción al estudio del concepto de “Unidad Didáctica”, Vida Escolar, nº 93-94, (Madrid: CEDODEP).

[7] JAE (1929), Memoria correspondiente a los cursos 1926-7 y 1927-8, págs. 314-315.

[8] Como consecuencia de estas experiencias, ambos profesores publicaron unos opúsculos titulados “Exposición de la enseñanza cíclica de la física y la química”

[9] Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Memoria correspondiente a los años 1916 y 1917, Madrid, 1918 y Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Memoria correspondiente a los años 1918 y 1919, Madrid, 1920 , pág. 42.

 

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