Crespí Jaume, Luis

Crespí Jaume, Luis. Madrid, 1889 – Madrid, 1963.

Luis Crespí compartió con sus hermanos Miguel, Andrés, Antonio y Carlos, tres de ellos  futuros pensionados o colaboradores de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, el interés por la ciencia que desde la infancia les había inculcado su padre, Antonio  Crespí  Mas, doctor en Farmacia y Ciencias Naturales, experto en Botánica y catedrático de Agricultura en el Instituto de  Pontevedra.

Inició los estudios universitarios en Santiago de Compostela y los terminó en Madrid, en la Universidad Central, donde se licenció en Ciencias Naturales. Entre 1912 y 1916, ya como becario, continuó su formación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, investigando  sobre el maíz y estudiando geología agrícola con Eduardo Hernández-Pacheco, hongos parásitos con Romualdo González Fragoso y zoología. En 1916 hizo oposiciones al profesorado de enseñanza media y ganó una cátedra de Agricultura. Sus primeros destinos fueron los institutos de Lugo y Pontevedra. Junto a su labor docente, mantuvo su participación en actividades de carácter científico, como la colaboración que llevó a cabo con Juan Dantín Cereceda en el Curso de Fisiología Vegetal organizado por la Junta para Ampliación de Estudios en 1917 en el Jardín Botánico de Madrid. Una pensión que le concedió la Junta para el curso 1917-1918 permitió a Crespí trasladarse a Toulouse, donde durante nueve meses asistió a los cursos de Fisiología Vegetal y Patología Agrícola impartidos respectivamente por los profesores Leclerc du Sablon y Prunet.

En 1918, la Junta lo nombra provisionalmente Catedrático de Agricultura del recién creado Instituto-Escuela, nombramiento que se hará definitivo en 1930. El objetivo de la Junta era ensayar a través del Instituto-Escuela un nuevo modelo de enseñanza secundaria en España, basado en una metodología y en unos contenidos modernos. En consonancia con el ideario de la Junta, Crespí defendía una enseñanza de la Agricultura innovadora y rigurosa, pedagógica y científicamente actualizada, que propiciaba la participación de los alumnos en las clases, en los laboratorios, en los trabajos de campo y en las excursiones a los centros de producción agrícola. Trataba de dar a la enseñaza del medio natural un enfoque nuevo, con ideas precursoras de la ecología actual, fomentando en los alumnos el amor a la naturaleza y la necesidad de su conservación. Por los cuadernos de clase que se conservan de algunos alumnos, sabemos que Crespí también les dio a conocer el darwinismo.

A propuesta de Ramón y Cajal, en 1920 Crespí se hizo cargo de las clases preparatorias del Curso sobre Fisiología Vegetal que impartió en el Jardín Botánico  L. Knudson, profesor de la Universidad de Cornell (Estados Unidos). Este y otros cursos realizados por pensionistas de la Junta en el extranjero fueron el punto de partida de la creación poco después del Laboratorio de Fisiología Vegetal por la propia Junta. En el curso 1924-1925, pensionado de nuevo,  viajó a Portugal, Francia y Bélgica para conocer cómo se enseñaba la agricultura en sus centros docentes. En Portugal trabajó con el micólogo Gonzalo Sampaio, catedrático de la Universidad de Oporto, quien despertó su interés por los líquenes, y con él  clasificó los que había recogido en las excursiones que había hecho por Galicia entre 1924 y 1925. Este trabajo sería el inicio de una colección que donó al Museo de Ciencias y de la que se conservan 1.078 ejemplares  en el Jardín Botánico.

Un año después, en 1926, la Junta le encargó la dirección de las Misiones Culturales de Galicia con el fin de llevar a cabo estudios botánicos y sobre el folclore en la Sierra de los Ancares (Lugo). En 1927, Crespí e Ignacio Bolívar, director del Museo, recibieron en Madrid al gran genetista ruso Nikolai I. Vavílov, quien por entonces dirigía en Leningrado el Instituto para la Producción Vegetal. Vavilov estaba interesado en el origen de las plantas cultivadas, y fue, junto a otros destacados naturalistas como Gonzalo Sampaio, uno de los participantes en las Misiones Culturales gallegas. Desde el primer momento Vavilov y Crespí establecieron una estrecha relación, detrás de la cual está el interés que éste empezó a mostrar por la genética y el origen de las plantas.

La Junta nombró a Crespí en 1933 jefe del nuevo Laboratorio de Ecología del Museo, cargo que pudo hacer compatible con el de catedrático del Instituto-Escuela. Ese mismo año también recibió el nombramiento de Secretario de la Junta de Sustitución de la Segunda Enseñanza de las Congregaciones Religiosas, un organismo dependiente del  Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes encargado de reemplazar al profesorado de los centros religiosos por uno laico, inspeccionar los centros educativos en general y dotarlos de recursos.

Crespí trabajó como micólogo con Lázaro Ibiza, y como botánico colaborador y recolector en la obra conjunta de González Fragoso y Unamuno Irigoyen, otros dos importantes micólogos. Fue este último quien, como reconocimiento de la labor llevada a cabo por su compañero en la Junta y en el Jardín Botánico, le dedicó un nuevo liquen, el taxón Puccinia crespiana. En el fondo botánico de Emilio Guinea, que se conserva en el Jardín, hay treinta y nueve fichas y dibujos de distintos líquenes también realizados por Crespí en aquellos años. Desde 1915 era miembro de la Sociedad Española de Historia Natural, de la que llegó a ser Vicepresidente en 1935 y Presidente entre 1936 y 1938. La Guerra Civil puso fin a su carrera como investigador en 1938.

Después de la guerra, Crespí fue represaliado, depurado e inhabilitado para la docencia por el régimen franquista. Siguió viviendo en Madrid, donde trabajó como administrativo en los Laboratorios Promesa hasta que finalmente fue reintegrado en su cátedra en el Instituto de San Isidro en 1954.

En 1999, Víctor J. Rico le dedica un nuevo liquen, Asplicilia crespiana que había recolectado Crespí en 1920.

Principales obras: “Las anomalías florales del maíz y los trabajos de Blainghem”, Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (BRSEHN), 15 (1915),  págs.  259-268;  La soja y su cultivo en España (Catecismo del agricultor y ganadero nº 62), Madrid, 1922; Sampaio, G. y Crespí, L., “Líquenes de la provincia de Pontevedra, BRSEHN, 27 (1927), págs. 136-160; “Notas sobre una geografía botánica en Galicia”, Memorias de la Sociedad Española de Historia Natural, 15 (1929), págs. 799-810;  “Contribución al folklore gallego”, Conferencias y Reseñas Científicas de la Sociedad Española de Historia Natural,  4 (1929),  págs. 5-19; Crespí, L. e Iglesias, L., “Los prados de las regiones media y montaña de Galicia”, BRSEHN, 29 (1929), págs. 127-142.

Fuentes: Archivo Clases Pasivas; AGA 32/16747; Archivo JAE Edad de Plata; Crespí, A. y González Bueno, A., “Luis Crespí Jaume (Madrid, 1889- Madrid, 1963)”, Acta  Botanica Malacitana, 15 (1990), págs. 341-345; González Bueno, A., “Herbarios, colectores e índices de semillas como fuentes para la historia de las ciencias”,  El Ateneo  (1993), págs. 28-36; Casado de Otaola, S., Los primeros pasos de la ecología en España, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1997; Rico, V., “Aspicilia crespiana, A New Lichen Species From Southern Europe”, Lichenologist, 31 (2) (1999):  págs.129-139; Article No.lich.1998.08, Londres, The British Lichen Society (http://www.idealibrary.com).

 

Carmen Masip

 

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