Francés Piña, Concepción

Concepción Francés Piña. Madrid 1896- ?

Nació en Palencia en 1896. Sus padres fueron los maestros Rogelio Francés, quien en la década de 1920 dirigió la Escuela Normal de maestros de La Laguna en la isla de Tenerife, y Leoncia Piña. Tras realizar sus estudios de Maestra de Primera Enseñanza Superior en La Laguna, inició sus estudios de Filosofía y Letras en el curso 1913-1914 en la universidad de esa ciudad canaria, de la que fue su primera alumna. Posteriormente terminó sus estudios universitarios en Barcelona donde obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras, sección de Historia. Su título le fue expedido el 3 de julio de 1928 (Flecha 2011: 171).

A partir de 1925 inició una estrecha relación con la Junta para Ampliación de Estudios[1], con cuya órbita también estaban vinculados sus padres, particularmente con la madrileña Residencia de Señoritas de la calle Fortuny. Tras acreditar sus conocimientos de francés, gracias a los tres cursos que siguió en la Alianza Francesa de Barcelona, logró por Real Orden de 29 de agosto de 1925 ser nombrada lectora de español en la Escuela Normal de Maestras de Toulouse. Residió allí hasta 1927. Obtuvo un diploma de “Professeur de Français” expedido por la universidad de Toulouse y ejerció de secretaria del consulado español de esa ciudad francesa. 

Fue una de las cinco opositoras que obtuvo una cátedra de Lengua y Literatura francesas en las oposiciones que se celebraron en el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid en la primavera de 1928, consideradas por algún medio de comunicación como una manifestación del “feminismo triunfante”[2].

Su primer destino fue el Instituto de Mahón pero a los pocos días de tomar posesión –el  30 de junio de 1928- cesó en su puesto –el 19 de julio- y permutó esa cátedra por la del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de El Ferrol.

Desde esa ciudad gallega mostró el 10 de julio de 1929 interés en perfeccionar el estudio del inglés y del francés mediante una instancia al presidente de la JAE. En ella explicó que deseaba estudiar en el New Jersey College for Women de New Brusnswick de Estados Unidos los métodos y procedimientos para la enseñanza del francés en dicho centro ya que “este es el más importante en Norte América por la organización de su departamento de francés”. Un mes después, a través de una real orden de 14 de agosto, se le concedió lo que solicitaba, y pasó el curso 1929-1930 en tierras norteamericanas.

Al finalizar el curso 1930-1931, que pasó en el instituto de El Ferrol, volvió a cursar una nueva instancia al presidente de la JAE. En esta ocasión solicitó la consideración de pensionada  para desplazarse a Londres en el siguiente curso académico con el fin de ampliar estudios relacionados con los métodos y procedimientos para la enseñanza de los idiomas. La solicitud, que obtuvo un informe favorable de Blas Cabrera, le fue concedida por real orden de 11 de agosto de 1931.

Concepción Francés tenía un carácter inquieto. Consideraba que la organización de actividades extraescolares no tenía en los institutos el lugar que debería de ocupar para contrarrestar el exceso de enseñanzas teóricas. Por tal razón organizó en el curso 1932-1933 una fiesta escolar en el instituto del Ferrol. Convencida de la importancia de esas actividades logró averiguar que uno de los mejores centros del mundo en la organización de festivales escolares era la universidad de Columbia en Nueva York, donde era habitual celebrar una “summer sesión” para ofrecer ideas adaptadas a las necesidades de “la vida escolar moderna”. Por tal razón aprovechó la oportunidad que le dio la publicación en la Gaceta de 25 de enero de 1934 de la real orden de 18 de enero  en la que se daban facilidades a los catedráticos de segunda enseñanza para que ampliasen sus estudios en el extranjero para intentar desplazarse a Nueva York. Envió entonces una instancia desde El Ferrol al presidente de la JAE pidiendo ayuda económica para desplazarse a los Estados Unidos con el fin de asistir a la próxima Summer Session de la Universidad de Columbia.

Pero en esta ocasión parece ser que no fue aceptada su petición. En su expediente se encuentra una carta de respaldo a su demanda firmada por la influyente Susan Huntington Vernon (1869-1946), quien pedía al secretario de la JAE José Castillejo que respaldase la demanda de Concepción Francés a la que llenaba de elogios[3]. Pero alguien del staff de la JAE anotó a lápiz en el mismo documento lo siguiente: “3 cursos en Francia, 1 en EEUU, 1 en Inglaterra. No presenta nada”. No siempre las presiones, en forma de recomendaciones, recibidas por los directivos de la JAE tuvieron resultados positivos.

El 11 de marzo de 1936 fue nombrada catedrática de francés del Instituto de Lugo pero al iniciarse la guerra civil se encontraba en Madrid. Desde el 19 de julio de 1936 comenzó a trabajar en la confección de jerseys para milicianos en la antigua Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu. Meses después, 17 de abril de 1937, fue destinada como catedrática de Francés al Instituto de Gerona. Permaneció en esa ciudad hasta la llegada de las tropas franquistas. El 22 de marzo de 1939 se le ordenó que regresase a la cátedra de francés del Instituto de Enseñanza Media de Lugo donde enseñó hasta 1943, año en el que fue trasladada al instituto Beatriz Galindo de Madrid (Prado Gómez 2013: 249). La comisión superior dictaminadora de expedientes de depuración, basándose en la propuesta de la comisión depuradora de la provincia de Lugo, la había confirmado en su cargo de catedrática el 27 de noviembre de 1940. Quizás el tribunal para su dictamen tuvo en cuenta los diversos artículos que había publicado sobre Tierra Santa en El Correo Gallego en septiembre de 1934. 

En su madurez hizo estudios de enfermería en Barcelona. Un documento de 1957 señala que se dedicaba a la atención domiciliaria gratuita de enfermos pobres [4].

 

Fuentes documentales

Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes. Expediente JAE 57-371

Memorias de la JAE. Años 1928-1930 (Madrid 1931) p. 106; Años 1931-1932 (Madrid 1933) p. 96

Bibliografía secundaria

ARAQUE HONTANGAS, Natividad “Las primeras mujeres catedráticas de institutos de enseñanza secundaria en España durante la dictadura de Primo de Rivera y su relación con la JAE”, en Leoncio López-Ocón, editor, Aulas modernas. Nuevas perspectivas sobre las reformas de la enseñanza secundaria en la época de la JAE (1907-1939), Madrid, Dykinson-Universidad Carlos III, 2014, pp. 179-214

FLECHA GARCÍA, Consuelo, “Por derecho propio, universitarias y profesionales en España en torno a 1910”, Tabanque, nº 24, pp. 157-174

 

Natividad Araque Hontangas

Leoncio López-Ocón Cabrera




[1] Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes. Expediente 57-371.

[2] La Voz 6 de junio de 1928 p. 1. En ese periódico se dice: “Han obtenido cátedra doña Rosario Fuentes Pérez, doña Josefina Ribelles y Barrachina, doña Adela María Trepat Masso, doña María de los Dolores de Palacio de Azara y doña Concepción Francés Piña, que alcanzaron en la votación los números uno, tres, cuatro, seis y once, respectivamente.”

[3] Por su interés se reproduce este documento que dice así: “International Institute for Girls in Spain. Miguel Angel 8, Madrid. January 31, 1934. Dear Sr. Castillejo.- Do you recall an attractive, able, sweet, young woman, daughter of two teachers, for both her father and her mother have for years been faithful teachers, who spent a short time in residencia on Fortuny years since, by the name of Concepción Francés? She is one of the most hard-working and persevering of all the many ambitious young Spanish students whon I have known. She asks me to write you of our long acquaintance by way of  recommendation  to support  her application of this month  to the Junta for aid in coming to the Summer Session at Teachers College at Columbia this year to take intensive courses in physical education, folk dancing, etc., which she finds sorely needed to supplement her work in teaching in the Instituto Concepcion Arenal at El Ferrol. Her French is excellent, her English, fair. Her ambition for  more training to impart another kind of culture to the students seems to me intelligent and she herself an excellent candidate to teach gymnastics, dancing, Girl Scout activities, etc., seriously and successfully. Her ideals are high and her professional standards, disinterested, patriotic, and broad. She has always seemed to me a rare personality and worthy of every  opportunity available. Sincerely yours Susan Huntington Vernon.” Archivo de la JAE en Residencia de Estudiantes. Expediente 57-371.

 

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