Federico Gómez Llueca (Madrid, 1889-1960)
Destacó por sus conocimientos paleontológicos adquiridos por ser discípulo y colaborador del catedrático de Historia Natural Daniel Jiménez de Cisneros en el Instituto de Alicante donde Gómez Llueca hizo el bachillerato.
Se licenció en Ciencias Naturales y en Farmacia en 1912 obteniendo el premio extraordinario en la licenciatura en Ciencias. En ese año hizo prácticas en el Laboratorio de Biología Marina de Santander junto a José María Susaeta y Ochoa de Echagüen, siendo alumno becario de la JAE. Se conservan dos fotografías de ambos durante su estancia en esa instalación científica durante ese año de 1912.
Al año siguiente, en 1913, ganó por oposición una cátedra de instituto de historia natural, fisiología e higiene. Destinado inicialmente a Pontevedra en seguida se trasladó al Instituto de Palma de Mallorca, que por entonces estaba construyendo una nueva sede.
Desde 1914 inició una ambiciosa investigación sobre los Foraminíferos españoles y particularmente sobre los Numulítidos, su grupo más importante. Dos años después disponía de una importante colección de esos fósiles encontrados fundamentalmente en yacimientos de Almería, Murcia, Alicante, Barcelona, Huesca y Baleares. Se vinculó entonces al Laboratorio de Geología del Museo Nacional de Ciencias Naturales que dirigía Eduardo Hernández-Pacheco. Colaborando con Jiménez de Cisneros arregló las colecciones paleontológicas del Museo.
En 1916 además de doctorarse en Ciencias Naturales obtuvo la consideración de pensionado de la JAE. Este organismo le concedió un permiso de ocho meses para realizar estudios de Paleontología en el laboratorio de Charles Sarasin (1870-1933) en Ginebra, quien era militar de carrera. Pero el 3 de marzo de 1917 solicitó posponer su salida de España por las circunstancias en las que se encontraba Suiza con motivo de la guerra mundial y la ausencia de Sarasin de Ginebra.
Trasladado al Instituto de Teruel, y tras entrevistarse con el secretario de la JAE José Castillejo, a principios de 1919 solicitó una pensión para desplazarse al laboratorio del paleontólogo Charles Depéret en Lyon. Entre sus méritos adujo, además del material que había acumulado sobre Numulítidos en yacimientos españoles, las colecciones que había donado al Museo Nacional de Ciencias Naturales procedentes del Mioceno de Muro en Mallorca, del famoso yacimiento de Concud en Teruel, de la isla de Cabrera y adyacentes en las Islas Baleares, diversas publicaciones entre las que destacó varias notas publicadas en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural sobre especies nuevas e interesantes de la fauna paleontológica de España y su trabajo que estaba en prensa sobre "El Mioceno de Muro (Mallorca)", obra que sería declarada de mérito por la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales y por el Consejo de Instrucción Pública. Siguiendo los consejos de José Castillejo también adujo en su solicitud que para que su labor como profesor tuviese la máxima utilidad quería durante su permanencia en Lyon orientarse de la mejor manera en los problemas de la segunda enseñanza por lo que pensaba adscribirse a un Liceo para practicar y estudiar los procedimientos allí seguidos sobre la enseñanza de las ciencias naturales. (se puede leer la instancia aquí).
Le fue concedida la pensión, cuando era profesor del Instituto de Jaén, y la disfrutó durante más de un año desde el 15 de octubre de 1920 hasta noviembre 1921.
De esa experiencia Gómez Llueca dejó valiosos testimonios gracias a una interesante correspondencia que mantuvo con José Castillejo. Además la Memoria de la JAE del bienio 1920-1921 resumió la intensa labor llevada a cabo por Gómez Llueca durante su pensión en estos términos:
Después de una excelente acogida por parte de los profesores del laboratorio de Geología de la facultad de Ciencias de aquella Universidad, comenzó en el mismo y bajo la dirección del profesor Monsieur Déperet, la labor de investigación sobre los materiales que de la isla de Cabrera y del numulítico español llevaba para estudio. Fruto de las primeras investigaciones fue una nota que presentó a la Academia de Ciencias de París, “Sur la géologie de Cabrera, Conejera et autres iles voisines”, que se publicó en los “Comptes Rendus”, t. 171, pág. 1158, sesión del 6 de diciembre de 1920. Más tarde, y con el fin de dar a conocer tan importante laboratorio en sus diversos aspectos, hizo un pequeño trabajo, “El laboratorio de Geología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lyon”, que se publicó en el tomo del 50º aniversario de la Real Sociedad Española de Historia Natural, pág. 379, 1921. Se matriculó en el curso de “Estudios superiores de Geología” que dirige el profesor Monsieur Déperet y explica con los profesores Messieurs Riche y Mayet, asistiendo a todas las clases y prácticas del 5 al 12 de abril de 1921. Fue invitado y asistió en unión de los profesores messieurs Déperetn y Roman, del laboratorio de Lyon, a una excursión geológica, proyectada por Monsieur [Pierre] Termier, de la Escuela de Minas de París, a la región del Gard, para estudiar la tectónica, el carbonífero y otros terrenos de la misma. Del 1 al 9 de junio del mismo año, invitado por el mismo profesor Monsieur Termier, le acompañó en una excursión geológica que realizó con sus alumnos, estudiando primero el glaciarismo fósil de la región lyonesa y pasando luego a los Alpes del Delfinado, hasta el Briançonnais, para estudiar particularmente su tectónica, sus terrenos y el glaciarismo alpino. En septiembre, invitado por el profesor Monsieur Roman, para visitar las más clásicas formaciones geológicas del valle del Ródano, realizó otra excursión, que le permitió observar y estudiar, recogiendo abundantes fósiles, los terrenos de las mismas, siendo los más importantes los de St. Paul-Trois Chateaux y Mont-Leberon para el terciario; los de Orgom, Laroulte y montaña de Crussol, para el secundario. Además de algunas otras, asistió a todas las excursiones del curso, dirigidas por el profesor Monsieur Déperet. En todas ellas tuvo ocasión de ponerse en relación con eminentes geólogos, con algunos de los cuales guarda relaciones científicas. Para informarse de lo que a la segunda enseñanza se refiere estuvo en relación con algunos profesores de los liceos de Ampère y del Parque, asistiendo a las clases de este último, y especialmente a las de Historia Natural. Durante el verano continúo su labor de investigación con los materiales de España, dedicándose particularmente al nummulítico y estando en relación con el profesor Monsieur Doneieux, especialista en este grupo de terrenos. Con fecha del 10 de octubre de 1921 se le concedió una prórroga de dos meses de pensión con el fin de poder verificar los exámenes que la excursión a los Alpes le impidió realizar en julio anterior. Sufridos éstos, obtuvo el certificado de estudios superiores de Geología de aquella Universidad [1]
En abril de 1922 la JAE decidió nombrarle, cuando era catedrático del Instituto de Santiago de Compostela, profesor en comisión de servicios del Instituto-Escuela, que dependía de la JAE, al quedarse vacante una plaza de profesor de Ciencias Naturales, Geografía Física y Agricultura al obtener la cátedra de Agricultura del Instituto San Isidro Juan Dantín Cereceda. Se cumplía así el anhelo que Gómez Llueca ya había manifestado en una carta que había dirigido al presidente de la JAE el 7 de enero de 1919 de adherirse al Instituto-Escuela, institución a la que veía como un modelo docente para el futuro del país. (ver aquí el texto de la carta).
Nada más adscribirse al Instituto-Escuela el 9 de mayo de 1922 Gómez Llueca solicitó al director del Museo Nacional de Ciencias Naturales una colección de minerales para la enseñanza de la Historia Natural en el Instituto-Escuela de Madrid [2].
Años después, en 1927, pidió una nueva pensión a la JAE para perfeccionar sus conocimientos de Paleontología, que obtuvo. De sus trabajos en Lyon, donde estuvo de noviembre de 1927 a abril de 1928, en Munich, donde residió entre abril y mayo, y en Paris donde investigó en junio de ese año de 1928 una de las Memorias de la JAE nos dio la siguiente información:
El objetivo principal de esta pensión fue el estudio de los mamíferos fósiles del Terciario. Tenidas en cuenta las posibilidades, eligió tres puntos, en los cuales tenían aquéllos más brillante representación: fueron éstos los Museos de Lyon, Múnich y París, en donde tres eminentes profesores, los señores Depéret, Schlosser y Boule, acreditaban la buena clasificación de los mismos. El Museo de la Facultad de Ciencias de Lyon posee una colección de mamíferos fósiles magnífica, que fue tomada como base de estudio. Toda ella fue anotada y estudiada. Revisó la fauna malacológica continental, espléndidamente representada, y la colección de Paleontología general. Hizo algunos estudios sobre especies de Foraminíferos para complementar su trabajo sobre “Los Nummulítidos de España”, y en fechas distintas fue encargado por el profesor Depéret de la clasificación de tres envíos de mamíferos fósiles que le hicieron de distintos lugares de Francia y Norte de África, coincidiendo con el profesor en las especies y piso a que pertenecían. Además, en colaboración con el seño Depéret, realizó y publicó en la “Sociedad Geológica de Francia”, un trabajo sobre los úrsidos fósiles. El Museo Municipal de Lyon tiene también una colección de mamíferos fósiles tan respetable, que no puede olvidarse, sobre todo, cuando se trata de conocer la fauna de algunos yacimientos clásicos franceses. Toda ella fue cuidadosamente estudiada y anotada. Además, hizo una detenida observación de las excelentes colecciones que del Liásico posee este Museo. De Lyon pasó a Ginebra, en donde visitó el Museo, y después de una completa visita, acompañado por el señor director, pudo tomar nota de una representación allí existente de la fauna fósil argentina. Seguidamente, pasó a Múnich, y allí su principal trabajo fue el estudio y anotación de toda la colección de mamíferos fósiles, que es una de las mejores del mundo. En horas de descanso fue revisando paulatinamente la magnífica colección de Paleontología general, dedicando algunos días al Jardín Botánico, que por sus colecciones, estufas y edificios, dedicados a la enseñanza, merece un particular interés. De Múnich pasó a París. Allí su centro fue el Museo y en él su labor esencial fue el estudio de los géneros de mamíferos fósiles no conocidos por estudios anteriores. La colección que ocupa las galerías, no sólo está magníficamente expuesta, sino que merece ocupar uno de los principales lugares en el mundo. Al mismo tiempo anotó y revisó gran parte de la colección paleontológica general y asistió a un curso de prehistoria, que el profesor Boule desarrolló en la cátedra del Museo. En el mismo París, pero en la Escuela de Minas, estudió y anotó la hermosa colección del profesor H. Douvillé, una de las mejores de Europa en especies de fora-mamíferos fósiles. En la misma Escuela, a más de visitar la colección paleontológica general, hizo una especial revisión de la colección que en España realizó el gran geólogo francés señor Verneuil. También en París, pero en la Sorbona, visitó las colecciones paleontológicas, sacando algunas notas y fotografías [3].
Ese nuevo viaje a centros de investigación franco-alemanes le permitió a Gómez Llueca culminar su obra más importante Los numulítidos de España publicada en 1929 por el Museo Nacional de Ciencias Naturales dependiente de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. En un detallado informe de 26 de diciembre de 1930 la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales la consideró como “mérito indiscutible en la carrera de su autor”.
Siendo catedrático de Historia Natural y Fisiología e Higiene del Instituto Escuela de segunda enseñanza dependiente de la JAE Federico Gómez Llueca a principios de 1934 intentó, sin conseguirlo, dar el salto a alguno de los institutos madrileños, creados por la Segunda República, donde había vacantes de su asignatura como era el caso de los Institutos Calderón de la Barca, Lope de Vega, Quevedo y Nebrija. Semanas después dirigiría la excursión de fin del curso 1933-1934 que alumnos del Instituto-Escuela hicieron al Marruecos español, Tánger y Gibraltar. El 15 de febrero de 1936 ascendió en el Escalafón del Cuerpo de Catedráticos de Instituto pasando a ganar once mil pesetas anuales.
Tras la guerra civil se incorporó en 1940 al Instituto San Isidro de Madrid, trasladándose a otro instituto madrileño –el Beatriz Galindo- en 1941, donde se jubiló en 1959 al cumplir 70 años. Falleció al año siguiente.
Fuentes documentales
Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes. Expediente 69-594, 127 p.
Memorias de la JAE. Años 1920-1921 (Madrid 1922), pp. 40; Años 1928-1930 (Madrid 1931), pp. 51-53.
Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales: “Dos fotografías en 1912 de Federico Gómez Llueca y José Susaeta y Ochoa de Echagüen en la Estación de Biología Marina de Santander. Accesibles on line aquí y aquí; Expediente relativo a la donación por Federico Gómez Llueca, catedrático de Historia Natural del Instituto General y Técnico de Jaén, de una colección de ejemplares fósiles procedentes de Concud, Teruel. (1 enero 1919 a 20 noviembre 1922) CN0276/008; Expediente relativo al donativo de Federico Gómez Llueca, catedrático del Instituto General y Técnico de Jaén, de una colección de ejemplares fósiles de la provincia de Alicante y de Muro, Mallorca, y placas de dichos ejemplares. (1 enero 1919 a 3 septiembre de 1920) CN0276/007; Federico Gómez Llueca solicita el 9 de mayo de 1922 al Director del Museo Nacional de Ciencias Naturales una colección de minerales para la enseñanza de la Historia Natural en el Instituto-Escuela de Madrid CN0268/025; expediente de solicitudes de Federico Gómez Llueca 25 con Antonio Marín y Luis Crespí, profesores de la sección de Naturales del Instituto-Escuela de Madrid, de ejemplares del Museo de Ciencias, en especial moluscos, y lista de rocas y minerales recibidos en el centro. (25 enero 1928 a 18 mayo 1929) CN0270/001.
Principales obras
El Mioceno marino de Muro (Mallorca), Madrid, Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1919, 74 p., XVII de lám. (Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Serie geológica, 25). En línea aquí. Reseña de Josep Ramon Bataller i Calatayud en Butlletí de la Institució Catalana d'Història Natural, 1920. en línea aquí.
Los numulítidos de España, Madrid, Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Museo Nacional de Ciencias Naturales, 1929, 400 p. XXXIV h. de lám (Memorias Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas 36). En línea aquí.
Webgrafía.
"Federico Gómez Llueca" en El bloc de Miquel Alenyà
Leoncio López-Ocón Cabrera
[1] Memoria de la JAE 1920-1921, (Madrid 1922), pp. 40-41.
[2] Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales CN0268/025
[3] Memoria de la JAE 1928-1930 (Madrid 1931), pp. 51-53.