Martín Robles, Pedro Antonio

Pedro Antonio Martín Robles

Nació en Villanueva del Conde, Salamanca, en 1879. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de su ciudad. En agosto de 1907 solicita una ayuda a la JAE de 3000 pesetas para una estancia de dos años en Bolonia y Grecia, lugares en los que pretende ampliar sus estudios en Lengua y Literatura griega y latina. Se la deniegan. Tras opositar a una plaza de profesor en la Universidad Central, obtiene la cátedra de Lengua y Literatura Castellanas en el Instituto de Figueras en 1909[1], del que llegó a ser secretario. Un año después, en 1910, vuelve a solicitar otra pensión a la JAE para ir a la Universidad de Florencia para estudiar Filología Clásica. Tampoco se la concede; pero un año después, es becado para asistir a la Escuela de Roma para Arqueología e Historia (R.O. 21/1/1911). Allí preparó una edición de la correspondencia de Miguel de Molinos, que publicó la JAE en 1912, y terminó el catálogo de los manuscritos españoles de la Biblioteca Casanatense, trabajo importante que sirvió para ulteriores investigaciones de la Escuela[2].

Cuando llegó a la Escuela de Roma, Martín Robles tenía más de treinta años, por lo que Pijoán, en una carta de 4 de diciembre de 1911, decía sobre el nuevo becario que “no ganará mucho quedándose en Italia. Es un temperamento demasiado formado”[3]. Además se había instalado en Roma con su mujer, lo que le distraía mucho del trabajo. En el informe que Pijoán hace sobre Martín Robles para la renovación de su beca, dice lo siguiente:

Martín Robles. Acaba su pensión en diciembre. Está en casa, con su señora, y esperan para dentro de unos meses el aumento de la familia, que es natural en los matrimonios. Se levanta tarde, no tiene aquí relación alguna, ni asiste a cursos, ni creo que vea mucho las cosas esenciales. Es bueno, inteligente, erudito con desorden, y es lástima perderle, pro yo he aconsejado a M. Pidal que le prorrogue la pensión por sólo dos meses, para acabar lo que tiene empezado.[4]

 

A su regreso a España en 1912, retoma su cátedra en Figueras, del que se traslada mediante una permuta con otro catedrático al Instituto Jovellanos de Gijón con el inicio del curso de 1912. Allí está hasta que en 1915 obtiene la plaza del Instituto de Tarragona[5]. Durante este tiempo se encarga de la sección de Filología de la revista Renovación Española, en la que también colaboraron otros catedráticos de instituto, como Eloy Luis André. La revista tenía una fuerte influencia germanófila, y se dejó de publicar tras la derrota alemana en la primera guerra mundial.

En 1929, siendo catedrático en el Instituto de Zamora, donde había llegado en 1919[6], solicita una pensión a la JAE para desplazarse a Londres. Le fue concedida por  dos meses (R.O. 24/8/1929), para estudiar los manuscritos españoles del Museo Británico, que pudieran aporta algún conocimiento a la literatura española de la Edad Moderna. Con la llegada de la República y la creación de nuevos establecimientos de enseñanza secundaria, Pedro María Martín Robles consigue, en 1932, una de las cátedras del nuevo Instituto Cervantes de Madrid. Durante la guerra, con el traslado de los funcionarios a Valencia, él pasa a enseñar en el instituto de Murcia.

Como gran especialista en literatura clásica griega y latina, tradujo las Comedias de Plauto, en las que se recogían Anfitrión, La venta de los asnos, La olla. El libro se publicó en la Biblioteca Clásica. En una reseña de Jenaro Artiles en La Luz aplaude el prólogo que el catedrático de instituto hizo a su traducción: “En un corto prólogo, que quiere el autor sea vulgar y vulgarizador y resulta erudito a ratos y sustancioso siempre y a su pesar hondo, expone el señor Martín Robles el estado actual de las cuestiones plautinas, biografía, influencias, valor y significación en la literatura romana, etc., al mismo tiempo que apunta la supervivencia de la obra de Plauto a través de nuestra literatura nacional”[7]. Después de la guerra aparecen algunas traducciones más suyas de las obras completas de Plauto y de las tragedias de Séneca.

Su conocimiento del inglés también le sirvió para dar al castellano algunas obras escritas en aquel idioma. Una de los primeros libros que tradujo fue El Polo Sur: la expedición Antártida del "Fram" de 1910 a 1912, de Roald Amundsen, y La novela picaresca en España, de Frank Wadleigh Chandler, entre otros.

 

PRINCIPALES OBRAS: La guerra civil a la muerte de Enrique IV: Zamora, Toro, Castronuño, (por José Fernández Domínguez Valencia con unas impresiones a guisa de prólogo de Pedro Antonio Martín Robles), Zamora, Imp. Provincial, 1929;

Reinas de la España antigua (por Martín Hume, traducción por Pedro Antonio Martín Robles), Valladolid, La España Moderna [s.a.]

 

 

FUENTES: VV.AA, Repensar la Escuela de CSIC en Roma. Cien años de memoria, Madrid, CSIC, 2010; Expediente JAE/94-250, 31 pp.

 

Mario Pedrazuela Fuentes


[1] Gaceta de Madrid núm. 351, de 17/12/1909, p. 589.

[2] Véase Memoria de la JAE, 1911-1912, pp. 209-210.

[3] Véase Repensar la Escuela de CSIC en Roma. Cien años de memoria, Madrid, CSIC, 2010, pág. 34.

[4] Ibídem, pág. 240.

[5] Gaceta de Madrid núm. 250, de 07/09/1915, p. 663.

[6] Real Orden de 24 de agosto de 1929.

[7] En La Luz de 18 de agosto de 1932, pág. 2

 

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