Puig Adam, Pedro

Nació en Barcelona el 12 de mayo de 1900. Falleció en Madrid el 12 de enero de 1960.

Realizó el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Barcelona. Posteriormente se matriculó en la Escuela de Ingenieros de la capital catalana y estudió matemáticas en la Facultad de Ciencias de la misma ciudad (ambos centros estaban en el mismo edificio). En esta etapa tuvo una influencia destacada en su formación el profesor Antonio Torroja Miret, uno de los tres hijos del eminente geómetra Eduardo Torroja y Caballé, que impartía la asignatura de Geometría proyectiva. Al terminar la licenciatura hizo el doctorado en Madrid, momento en el que conoció a Rey Pastor, convirtiéndose en su discípulo y después en su colaborador (con él escribió diversos textos dedicados a la enseñanza de las matemáticas). En el año 1921 presentaba su tesis doctoral con el tituló “Resolución de algunos problemas elementales en Mecánica relativista restringida”, que se publicó en la Revista de la Real Academia de Ciencias Exactas (nº 20, año 1922, págs. 161-216). Recordemos que el profesor de la Universidad de Barcelona, Esteban Terradas, había organizado entre 1920 y 1923 la visita a esta institución de diversos físicos y matemáticos eminentes, entre los que se encontraban Tullio Levi-Civitá, Hermann Weyl, Arnold Sommerfeld y Albert Einstein.

En 1926 ganó la cátedra de matemáticas del Instituto San Isidro, donde desarrolló una larga actividad docente. Actividad que completa con las clases de geometría descriptiva, geometría superior y metodología matemática en la Facultad de Ciencias de Madrid; de análisis matemático y cálculo infinitesimal en el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI), y de cálculo en la Escuela Superior Aeronáutica. Fue asimismo profesor de la Escuela de Ingenieros Industriales (en 1934 había terminado la carrera de ingeniero industrial): primero como auxiliar en 1932 y, más tarde, como catedrático de cálculo en 1946.

En 1952 ingresó en la Real Academia de Ciencias con un discurso de recepción titulado “Matemáticas y cibernética”. Contó además con diversas distinciones, entre ellas la de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

El mismo año que ganó la cátedra del Instituto de San isidro, la Junta de Ampliación de Estudios concedió a Puig Adam la consideración de pensionado (Real orden de 28 de abril de 1926) debido a que el International Education Board (Fundación Rockefeller) le había concedido una beca para estudiar en Múnich durante un año. Según afirma Thomas F. Glick, Puig Adam recibió la única beca concedida a un matemático español por la institución americana antes de la Segunda Guerra Mundial (Glick, 1990). El propósito del viaje no era tanto conocer las novedades pedagógicas como ampliar los conocimientos relativos a los temas de su tesis. Los trabajos estarían supervisados por el profesor de la universidad de Múnich Constantin Carathédory, especialista en teoría de funciones, si bien familiarizado con la teoría especial de la relatividad,  y director de los Mathematische Annalen. Pero sus planes no pudieron llevarse a cabo. Como aparece reflejado en la documentación, en el curso de su viaje a la ciudad alemana, cuando se encontraba en Lyon, cayó enfermo. Los médicos le aconsejaron que se tomara un descanso de varios meses, preferiblemente en el campo, lo que le obligó a renunciar a la beca (véase Expediente JAE/ 118-601)

En los centros donde impartió sus enseñanzas y, en particular, en el Instituto de San Isidro sí mostró, no obstante, un elevado interés por la didáctica y por la realización de aportaciones novedosas en este campo.  Como indican Joaquín Hernández (Hernández, 2000) y Mª Eugenia Jiménez y Mercedes Pastor (Jiménez y Pastor, 2014), Puig Adam ocupó un lugar destacado en el desarrollo de la enseñanza de las matemáticas en España. Una de sus obras de referencia en este campo fue Didáctica matemática eurística [sic], publicada por el Instituto de Formación del Profesorado de Enseñanza Laboral en el año 1956. En el siguiente decálogo que reproducimos, publicado en La Matemática y su enseñanza actual (obra de 1960, si bien la versión original apareció en la Gaceta Matemática de 1955, tomo VII, números 5 y 6), se muestran de manera sintética sus ideas básicas sobre estos temas:

 

  1. "No adoptar una didáctica rígida, sino adaptada en cada caso al alumno, observándole constantemente.
  2. No olvidar el origen concreto de la Matemática ni los procesos históricos de su evolución.
  3. Presentar la Matemática como una unidad en relación con la vida natural y social.
  4. Graduar cuidadosamente los planos de abstracción.
  5. Enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno.
  6. Estimular esta actividad despertando interés directo y funcional hacia el objetivo de conocimiento.
  7. Promover en todo lo posible la autocorrección.
  8. Conseguir una cierta maestría en las soluciones antes de automatizarlas.
  9. Cuidar que la expresión del alumno sea traducción fiel de su pensamiento.
  10. Procurar a todos los alumnos éxitos que eviten su desmoralización.”

 

Defendía igualmente, en clara consonancia con las propuestas novedosas de la pedagogía europea, también impulsadas por la Institución Libre de Enseñanza, que el aprendizaje estaba estrechamente vinculado con las actividades que el propio estudiante llevaba a cabo. Premisas que de igual manera remitían a los principios del filósofo norteamericano John Dewey y al “learning by doing”. La acción no era pues sólo esencial en el desarrollo general de los niños, sino que era vital en la formación del pensamiento y de las ideas, es decir, tenía un valor epistemológico. Por tanto, los profesores debían diseñar las enseñanzas creando situaciones que los propios alumnos resolvieran de forma práctica.  

Fue también admirador de la labor del Institut-Escola, el centro creado por la Generalitat, que seguía los patrones pedagógicos promovidos por la Junta para la Ampliación de Estudios. Durante la guerra civil Puig Adam se trasladó a Barcelona con el fin de impulsar la obra que ya había iniciado el director de ese centro, José Estalella, fallecido en 1938. Sin embargo, el esfuerzo no logró resultados significativos. Pronto volvió a Madrid, a su docencia en San Isidro y en la Escuela de Ingenieros Industriales.  Para estas últimas enseñanzas escribió otra obra igualmente muy apreciada, el Curso de geometría métrica (1947). Desde 1955 participó activamente en la Commission internationale pour l'etude et l'amélioration de l'Enseignement des Mathématiques y desde 1956 formó parte del comité que confeccionó las Recomendaciones para la enseñanza de las matemáticas y que organizó, el siguiente año, la XI Reunión Internacional de la Commission Internationale, celebrada en Madrid. El principal atractivo de este encuentro fue la exposición de material científico, diseñado para cuarenta lecciones acompañadas de las correspondientes experiencias didácticas.

Al margen de la didáctica, realizó también aportaciones a la resolución de problemas matemáticos que contaban con una dimensión técnica, como cuando se entregó al análisis de las palas de un autogiro, cuestión planteada por el ingeniero Juan de la Cierva.

 

SELECCIÓN DE OBRAS: Puig Adam, P. (1934): "D. José María Plans y Freyre", Revista Matemática Hispano-Americana, 2ª serie, tomo 9, págs. 81-87; Puig Adam, P. (1947): Curso de Geometría Métrica, Madrid, Nuevas Gráficas, tomos I y II; Puig Adam, P. (1951): “Valor formativo de las matemáticas en la Enseñanza Secundaria”, Conferencia pronunciada por D. Pedro Puig Adam en 1951. (Disponible en http://www.sociedadpuigadam.es/puig/index1.php?id_pagina=12310); Puig Adam, P. (1956): Didáctica matemática eurística, Madrid, Instituto de Formación del Profesorado de Enseñanza Laboral; Puig Adam, P. (1952): “Matemática y Cibernética” (Discurso de recepción), Madrid, Real Academia de Ciencias; Puig Adam, P. (1960): La Matemática y su enseñanza actual, Madrid, Ministerio de Educación Nacional.

 

FUENTES: Expediente JAE/ 118-601; Pascual, J. R. (1960): "Puig Adam: su obra didáctica", Gaceta Matemática, 1ª serie, nº 12, 9-14; Fernández Bierge, J. (1960): "Puig Adam: su obra científica", Gaceta Matemática, 1ª serie, nº 12, 5-8; Pascual, J. R. (1985): "Apunte biográfico de Don Pedro Puig Adam", Boletín de la Sociedad "Puig Adam" de Profesores de Matemáticas, nº 12, 21-36; Thomas F. Glick, Thomas (1990): “Pedro Puig Adam, becario de la Fundación Rockefeller”, Luis Español González (coord.), Estudios sobre Julio Rey Pastor (1888-1962), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, págs. 115-118; Velázquez Manuel, Fidela (2000): “El paraguas matemático del profesor Puig Adam”, Números. Revista de didáctica de las matemáticas, 41, págs. 3-6; Hernández Gómez, Joaquín (2000): "La labor pedagógica de Puig Adam". Discurso pronunciado en el Acto conmemorativo del Centenario del nacimiento de Don Pedro Puig Adam, celebrado en la Academia de Ciencias el 7 de junio de 2000. (Disponible en línea en http://www.sociedadpuigadam.es/puig/index1.php?id_pagina=12230); Fernández Bierge, J. (2000): "Pedro Puig Adam en el Instituto San Isidro" (Discurso pronunciado en la Real Academia de Ciencias el 7 de Junio de 2000 en el Acto celebrado para conmemorar el Centenario del nacimiento de Don Pedro Puig Adam); Mª Eugenia Jiménez Aleixandre y Mercedes Pastor Grueso (2014), “La lúcida voz del profesor Puig Adam”, en Leonor González de la Lastra y Vicente Fernández Burgueño (Eds.), El Instituto de San isidro: Saber y patrimonio, Madrid, CSIC (en prensa).

 

Víctor Guijarro Mora

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