Samuel Gili Gaya (Lleida 1892-Madrid 1976)
Samuel Gili Gaya, uno de los grandes renovadores de la enseñanza de la lengua y de la literatura, definía su labor docente con las siguientes palabras: “Aquel trabajo decidió el rumbo de mi vida: ya no quise ser desde entonces más que maestro, nada más y nada menos que maestro. Mi actividad restante […] pasó a ser lateral, añadida a mi ilusión de educador”.
Nació en Lérida en 1892, estudió Filosofía y Letras (antes había estudiado Farmacia) en Madrid, donde fue alumno de Ramón Menéndez Pidal, quien le acercó a los despachos del Centro de Estudios Históricos. En el Centro colaboró con Navarro Tomás en sus investigaciones sobre fonética y comenzó sus trabajos en lexicografía con el Tesoro Lexicográfico, que la guerra interrumpió. Durante el tiempo que estuvo en el CEH también se propuso realizar un estudio y un mapa lingüístico de los dialectos que se hablaban en el Alto Aragón, y de un modo especial de la distribución de los fenómenos dialectales en los valles de Ansó, Hecho, Bielsa y Benasque. Para ello solicitó, en 1920, una pensión que le permitiera recorrer aquella zona, que le fue denegada.
Tras aprobar la cátedra de instituto, y un fugaz paso por el de Baeza, en el que coincidió con Antonio Machado, y en el de Huesca, fue reclamado en 1920 para incorporarse al recién creado Instituto-Escuela. Allí Gili Gaya enseñó durante dieciséis años Lengua y Literatura españolas, con el triple objetivo de que sus alumnos de bachillerato dominaran el uso del idioma castellano como medio de expresión del pensamiento; aprendieran los mecanismos del análisis lógico del lenguaje, y educaran su gusto estético por medio del conocimiento de las obras de la literatura clásica. Una alumna, Carmen Castro, hija de Xabier Zubiri, cuenta cómo don Samuel conseguía su objetivo: “Su inteligencia clarísima hizo apasionante el estudio de la sintaxis castellana y consiguió que nuestro idioma nos diera a cada alumno su destello: aprendimos que de esta sintaxis compleja y nada fácil de manejar, procede el don estupendo del castellano para ajustarse como piel tersada a la idea o al concepto.”[1]
Uno de los recursos de los que Gili Gaya se sirvió en sus clases fue la Biblioteca Literaria del Estudiante, que surgió dentro del espíritu científico del Centro de Estudios Históricos. En ella se recogían las obras más relevantes de la literatura española en ediciones preparadas por grandes expertos (él se encargó de alguna) y accesibles a los estudiantes de bachillerato.
Se propuso, en 1928, marchar a Alemania para ampliar sus conocimientos en Filología románica, para lo cual pide a la JAE una pensión, que, de nuevo, le fue denegada. Invitado por la Universidad de Puerto Rico, marcha al país caribeño en 1929 como pensionado (R.O. 12/4/1929). Allí realiza un estudio titulado La educación secundaria en Puerto Rico, que manda a la Junta.
Finalizada la guerra civil, y una vez depurado por catalanista, enseñó en el instituto de Torrelavega. Publicó en esos años sus obras más relevantes: Curso superior de sintaxis española (1943), Diccionario ilustrado de la lengua española vox (1945) y Elementos de fonética general (1950). Reclamado por Dámaso Alonso para el Instituto Nebrija del CSIC, regresó a Madrid en 1946. Allí publicó los cuatro primeros tomos del Tesoro Lexicográfico, hasta la letra E. Elegido académico de la Real Academia Española en 1961, fue uno de los impulsores del Diccionario Histórico hasta su fallecimiento en 1975.
Obras Principales:
Tirso de Molina, Madrid, Instituto-Escuela JAE, 1922; Vida de Marcos de Obregón, Madrid, Ediciones de "La Lectura", 1922-1923; Calderón de la Barca, Madrid, Instituto-Escuela, JAE, 1923; Historiadores de los siglos XVI y XVII, Madrid, Instituto-Escuela, JAE, 1925; Guzmán de Alfarache, Madrid, Ediciones de "La Lectura", 1926-1928; Resumen práctico de gramática española, Madrid-Valencia, Editorial Nuestro Pueblo, 1937; Ortografía práctica: método fácil para ejercitarse en la escritura correcta española, Madrid-Valencia, Nuestro Pueblo, 1937; Iniciación en la historia literaria española, Madrid-Barcelona, Nuestro Pueblo, 1938; Curso superior de sintaxis española, México, Minerva, 1943; Diccionario general ilustrado de la lengua española, (prólogo de D. Ramón Menéndez Pidal), Barcelona, Publicaciones y ediciones Spes, 1945; Elementos de fonética general, Madrid, Gredos, 1950; Tesoro lexicográfico 1492-1726, Madrid, Silverio Aguirre Torre, 1957.
Fuentes:
Carmen Castro, “El lápiz rojo de Sanuel Gili y Gaya”, en Ya, 20 mayo 1976; María Nieves Vila Rubi, Samuel Gili Gaya: estudio biográfico e introducción a su obra lingüística, Tesis doctoral presentada en la Universidad de Lleida en 1991; Casanovas Catalá, M y Vila Rubio, N. (2002): La memoria rescatada. Los materiales del legado “Samuel Gili Gaya” como fuente historiográfica, Lleida, Edicions de la Universitat de Lleida; Leoncio López-Ocón y Mario Pedrazuela (2011): El lápiz rojo de Samuel Gili Gaya: de investigador del Centro de Estudios Históricos a profesor del Instituto-Escuela y catedrático desterrado en Torrelavega, Participación Educativa, nº. Extraordinario, pp. 163-175; Pedrazuela Fuentes, Mario (2011): “La Biblioteca Literaria del Estudiante”, en dossier coordinado por Leoncio López-Ocón y Mario Pedrazuela, “La Enseñanza Secundaria en construcción a través de los Institutos históricos madrileños”, Arbor, mayo-junio, núm. 749, pp. 547-560; Zamora Vicente, Alonso (1976): “Samuel Gili Gaya, ausente”, El País, 13 de mayo de 1976, recogido en Al trasluz de la lengua actual, Madrid, Universidad Complutense, 1988, pp. 227-230
Mario Pedrazuela Fuentes