Brañas Fernández, Gonzalo

Gonzalo Brañas Fernández (A Coruña 1866-1948)

Nació en La Coruña/A Coruña en 1866. Hijo de Consuelo Fernández Miranda, natural de Betanzos, y del farmacéutico y periodista coruñés Gonzalo Brañas y Sánchez Boado, fundador y director durante muchos años del diario El Anunciador de esa ciudad gallega, y medio hermano del Alfredo Brañas Menéndez, catedrático de la Facultad de Derecho de las Universidades de Oviedo y Santiago de Compostela e ideólogo del regionalismo conservador gallego. Sus hermanas, Esperanza y Celia fueron docentes, profesoras de Ciencias en la Escuela Normal de Maestras de La Coruña. Celia obtuvo en 1922 una pensión de la JAE de dos meses para hacer prácticas de Histología en los laboratorios del Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid.

Gonzalo Brañas, tras cursar el bachillerato, fue alumno destacado de la Escuela de Bellas Artes de La Coruña[1]. Los conocimientos obtenidos en ese centro educativo le permitieron obtener la cátedra de dibujo del Instituto coruñés donde había hecho el bachillerato, dirigir una academia privada de enseñanza y ejercer de delineante en el Ayuntamiento de La Coruña. También obtuvo el título de perito mercantil, según señala Xosé A. Fraga Vázquez. Posteriormente, a lo largo de la década de 1890, hizo por libre los estudios de la licenciatura de Ciencias en la Universidad de Salamanca [2]. En los inicios de 1897, cumplidos los treinta años, fue nombrado profesor auxiliar de la sección de Ciencias del Instituto de La Coruña junto a Fermín Bescansa Casares [3]. Al año siguiente, en 1898, intentó opositar a cátedras de Física y Química de institutos. Pero tuvo que esperar aún unos años para obtener su primera cátedra en esas materias en el Instituto de Oviedo donde se instaló en 1903.

Entretanto en La Coruña fundó en 1899 el primer gabinete radiográfico y radioscópico de esa ciudad gallega. Esa instalación fue el punto de partida de sus investigaciones y donde preparó el trabajo que le sirvió para obtener en 1903 el doctorado en Ciencias: Estudio sobre las radiaciones hertzianas (Brañas 1907) ante un tribunal presidido por el catedrático de Física de la Universidad de Madrid, y el mayor experto español en aquella época en electricidad, Francisco de Paula Rojas, a quien acompañaron Victorino García de la Cruz, Bartolomé Feliu, José Muñoz del Castillo e Ignacio González Martí, que actuó como secretario.

En el mismo año en el que se doctoró también obtuvo, por real orden de 24 de marzo de 1903, la cátedra de Física y Química del Instituto de Oviedo, y se incorporó a la Sociedad española de Física y Química, recién constituida. Así en la primera sesión de esa sociedad científica, celebrada el 23 de marzo de 1903, y que fue presidida por José Echegaray leyó una nota acerca de la identidad de las radiaciones hertzianas, térmicas y luminosas que Vicente Vera y López calificó de “interesantísima” añadiendo este químico y notable divulgador científico lo siguiente: “Para demostrar esta identidad el sr. Brañas ha realizado experimentos muy delicados que demuestran que las ondas hertzianas, esto es, las que sirven para la telegrafía sin hilos, poseen, como las foto-térmicas, un poder extintor de la fosforescencia, si bien mucho más débil que el de aquellas. A la nota acompañaban fotografías muy curiosas obtenidas por el joven catedrático y comprobantes de su tesis”. [4] Esa comunicación (Brañas 1903) fue la primera de diversas colaboraciones que hizo a esa sociedad científica en cuyos Anales publicó una media docena de artículos científicos a lo largo de más de una década, entre 1903 y 1914, su etapa científica más productiva. En uno de ellos expuso las observaciones que hizo en La Coruña sobre la influencia del eclipse total de sol de 30 de agosto de 1905 sobre la declinación magnética (Brañas 1905 b).

A partir de 1910 cuando además de ser catedrático del Instituto de Oviedo también era profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias de la universidad de esa ciudad asturiana se inició su relación con la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. El 15 de marzo de ese año, con el apoyo del rector de la universidad ovetense Fermín Canella, solicitó una ayuda de 650 ptas. (ver aquí) a ese organismo para perfeccionar en Madrid el aparato que había inventado –un magnetógafo mecánico- para inscribir mecánicamente las variaciones del magnetismo terrestre, que le fue concedida en la sesión que tuvo la Junta General de la JAE el 22 de abril de 1910.

Como señala Tomás Manuel Abegón Vidal se creía entonces que la actividad solar tenía una cierta influencia en las variaciones del magnetismo terrestre y de la electricidad atmosférica, siendo motivo, ambas, de algunas influencias en la meteorología. Las variaciones del campo magnético terrestre venían siendo registradas hasta entonces por medio de sistemas fotográficos bastante costosos. El aparato que había inventado Brañas evitaba los inconvenientes que existían en los registros fotográficos pues permitía registrar mecánicamente las fluctuaciones del magnetismo terrestre de una manera más económica, cómoda y de igual exactitud y fiabilidad que los sistemas tradicionales que se venían empleando hasta entonces.

Gracias a esa ayuda otorgada por la JAE y a otras posteriores Gonzalo Brañas trabajó durante varios períodos de 1910 a 1912 en el laboratorio de Automática y Centro de Ensayos de Aeronáutica de Leonardo Torres Quevedo, del que más adelante sería Jefe técnico. Así según las Memorias de la JAE de 1910 y 1911 estudió en ese laboratorio “la aplicación de su sistema de registro mecánico automático á los variómetros de la declinación magnética y de la componente horizontal del campo terrestre y construyó dos modelos de este nuevo variómetro que pudiera llamarse “Magnetógrafo mecánico automático”. A este instrumento se le atribuían las siguientes ventajas: “exactitud sensiblemente igual á la de los registradores fotográficos; economía, porque hace la inscripción en papel ordinario; facilidad de instalación, pues no es preciso que los aparatos funcionen en cá́mara oscura (las curvas de variación se desarrollan a la vista del observador, el cual puede estudiar la variación en el acto de producirse); insensibilidad á los cambios de temperatura, merced á un nuevo sistema de compensació́n magné́tica, lo que permitirá que los nuevos variómetros puedan instalarse y utilizarse en observatorios volantes”. En esa Memoria también se señalaba que Brañas “procedió a la elección de materiales ensayando su permeabilidad magnética en los Laboratorios de los Sres. Cabrera y Martí”. Como resultado de sus pesquisas y ensayos publicó: “Nuevo magnetógrafo de registro mecánico automático” (Brañas, 1910), hizo ensayos en El Pardo con sus dos modelos que se conservan en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos de Madrid y acreditó sus buenos resultados como constató la Memoria de la JAE correspondiente al bienio 1912-1913: “con estas pruebas y experimentos ha quedado demostrado el nuevo procedimiento de inscripción mecánica ideado por el Sr. Brañas con aplicación a los barómetros magnéticos, puede sustituir con grandes ventajas en el orden económico, y sin ningún inconveniente en el científico, al procedimiento fotográfico hasta hoy generalmente empleado en tales aparatos de variación”.

Magntógrafo Mecánico Brañas

Obtenida la confianza de los responsables de la JAE y particularmente de Leonardo Torres Quevedo y Blas Cabrera fue nombrado en 1913 Jefe técnico del taller del Instituto de Material Científico, el organismo creado en 1910 por la JAE para proporcionar material científico a los centros docentes, y que dirigían Santiago Ramón y Cajal y José Rodríguez Mourelo, como presidente y secretario respectivamente de ese importante organismo, conocido en parte gracias a la tesis doctoral de Ana Romero de Pablos.

Tras el diseño y construcción del magnetógrafo mecánico Gonzalo Brañas inició una nueva fase en sus investigaciones centrada en el registro de la telegrafía sin hilos a larga distancia. Así en febrero de 1914 comenzó a trabajar en un invento consistente en un receptor radiotelegráfico que recogía y amplificaba señales recibidas por procedimientos electromecánicos, utilizando el alfabeto Morse. Hizo pruebas en una estación receptora que tenía instalada en La Coruña, como explica Tomás Manuel Abeigón Vidal, y dio a conocer las características del nuevo aparato que inventó en diversas publicaciones que hizo en ese año de 1914 como en el artículo “Registro con el receptor Morse de las señales horarias del Observatorio de París, publicado en los Anales de Física y Química (Brañas 1914a), la nota “Le microradiographe” que presentó el 6 de julio de 1914 en una sesión de la Academia de Ciencias de París, recogida en los correspondientes Comptes rendus de la institución (Brañas 1914b) y en una versión en española de esa misma publicación editada también en los Anales de Física y Química (Brañas 1914c).

El verano de 1914 fue especialmente productivo para este inventor. El 25 de junio de ese año, la publicación Madrid científico informaba que en la Estación radiotelegráfica militar de Carabanchel Gonzalo Brañas Fernández iba a efectuar pruebas con su aparato receptor denominado Cimaciógrafo –que era una evolución de su Microrradiógrafo- con el que había conseguido cuadruplicar la mayor distancia conseguida en el mundo hasta entonces en el registro de señales de telegrafía sin hilos. En efecto, gracias a la gran potencia receptora de la antena de esa estación, cuya torre medía 100 metros de altura, pudo registrar series completas de radiogramas de las estaciones inglesa y alemana, alejadas más de dos mil kilómetros, funcionando durante horas enteras con toda regularidad sus nuevos aparatos. Y como han destacado Xosé A. Fraga Vázquez y Tomás Manuel Abeigón Vidal obtuvo pocos días después dos patentes de invención. Una, presentada el 2 de julio de 1914, la denominó “Nuevo revelador telegráfico de Brañas”, e iba acompañada de un informe de siete páginas en el que describía el dispositivo. La otra, presentada el 16 de julio de 1914, se registró con el número 58.467 y correspondía al “Microrradiógrafo. Registrador automático de radiogramas. Sistema Brañas”, cuyas dos partes, el amplificador y los relais, se describían también pormenorizadamente en su informe a la oficina de patentes. Asimismo la revista Ibérica del 5 de septiembre de 1914 efectuó una descripción de este aparato acompañándola de un esquema y de una fotografía que el mismo Brañas había enviado a esa publicación impulsada por el jesuita Ricard Cirera, fundador  del Observatorio del Ebro en Roquetas/Roquetes (Tarragona).  

Microrradiógrafo Brañas (1914)

Durante 1915, tras obtener la autorización del ministro de la Guerra, efectuó experimentos y estudios en la Estación radiotelegráfica militar de La Coruña. Esta instalación tenía magníficas condiciones para la recepción de los radiogramas transmitidos por los buques desde alta mar y por las estaciones continentales americanas, debido a su excelente ubicación en el campo de la Estrada de esa ciudad. A finales de octubre de ese año participó activamente en el congreso científico que celebró en Valladolid la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, entidad de la que fue secretario de la sección de ciencias físico-químicas entre 1912 y 1919. No sólo dio la conferencia “El registro de las ondas hertzianas a grandes distancias”, sino que hizo demostraciones del funcionamiento de su nuevo receptor radiotelegráfico instalando una antena formada por tres alambres de cobre tendidos entre la torre de la Catedral y la de la Universidad. Comenta Tomás Manuel Abeigón Vidal que en las pruebas y experimentos realizados por Brañas se captaron las señales de la Torre Eiffel, Norddeich, Podhu y Nauen, próxima a Berlín, distante de Valladolid 2.000 kms., pudiendo ser recibidos e interpretados al oído dichos radiogramas a muchos metros de distancia del receptor por varios telegrafistas a la vez. Además se recibieron, a diferentes horas del día, con gran intensidad los radiogramas de la Estación Militar de Carabanchel, así como también los de las demás estaciones de la red militar y de la civil españolas, y todo ello sin necesidad de utilizar auriculares. Periódicos vallisoletanos como El Norte de Castilla, 14 octubre 1915 y  Diario Regional, 22 de octubre de 1915 y el diario coruñés El Eco de Galicia dieron cobertura a los experimentos de Brañas, y el rey Alfonso XIII, visitante del congreso, también se interesó por ellos. La revista Ibérica lo valoró como un “ingenioso y seguro aparato radiotelegráfico” señalando su colaborador que “la intensidad del sonido obtenida es mucho mayor, las señales son más limpias y mejor timbradas que la alcanzada en el aparato de la Telefunken”. El nuevo aparato ofrecía grandes expectativas. Por ejemplo podía ser de gran utilidad para los observatorios indicando el colaborador de esa publicación que podía hacer “el registro y confrontación cronométrica automáticos de las señales horarias del de París, a distancias que cree el autor podrán exceder de 3.000 kilómetros, cuestión propuesta y recomendada por primera vez en la Conferencia Internacional de la Hora celebrada en octubre de 1912, y que no ha sido resuelta aún por carecerse hasta ahora de aparatos como el cimaciógrafo, capaces de registrar mecánicamente de un modo seguro y a grandes distancias las señales hertzianas”.

En 1914 la Torre Eiffel comenzó a transmitir por TSH la hora internacional

 

Radiograma de París transmitido por la FL, Estación de la Torre Eiffel el 23 de octubre de 1915 y registrado en el Cimaciógrafo de Brañas en el Congreso de Valladolid de 1915

 

Gonzalo Brañas ante su Cimatógrafo en el Congreso de Valladolid (1915)

 

Un documento muy interesante que se conserva su expediente del archivo de la JAE –ver aquí-  muestra la estrategia que siguió Brañas en los meses siguientes para conectarse desde La Coruña con alguna de las estaciones radiotelegráficas más potentes y de mayor alcance que existían en la costa oriental de los Estados Unidos y  mostrar así que su aparato podía recibir, amplificar y registrar los radiogramas a distancias superiores a 5.000 kilómetros,” llegando así a prestar útiles servicios en la telegrafía trasatlántica en la que, ni aún por el cable ha funcionado nunca el "Morse"”

A pesar de estos éxitos Brañas, según se deduce de una carta que escribió a José Castillejo el 16 de febrero de 1916 desde el hotel Francés de Oviedo, no consolidó su posición en el Instituto del Material Científico de Madrid. Conseguiría entonces al finalizar el curso académico 1915-1916 su traslado como catedrático de Física y Química al Instituto de La Coruña [5]. En 1917, cuando era ministro de Instrucción Pública Julio Burell, y a pesar del apoyo recibido de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias (Ausejo 1993: 28) perdió el apoyo gubernamental para proseguir sus experimentos de radiotelegrafía en su ciudad natal.

Por un tiempo se concentró en sus tareas docentes, pero no cesó en sus investigaciones, dándolas a conocer al público coruñés. Así El Ideal Gallego del 17 de mayo de 1921 se hizo eco de la conferencia experimental que impartió a los alumnos de Escuela de Náutica, en la que explicó el funcionamiento de su Cimacógrafo, que perfeccionó por esa época. En carta a José Castillejo, fechada en La Coruña el 19 de marzo de 1922,  indicó a su corresponsal que ese perfeccionamiento consistía en “la adición de un nuevo órgano de inscripción selectiva, que pronto daré a conocer públicamente con el nombre de relais fonosintónico”. En otra carta a Cajal escrita al día siguiente se mostraba más detallista: “he perfeccionado últimamente mi cimaciógrafo adicionándole un nuevo órgano de inscripción selectiva (cuyo primer modelo he construido yo mismo) sensible solamente a la nota musical que se desee y con el cual puede realizarse una sintonía acústica, complementaria de la eléctrica, para obtener una separación más perfecta de las señales radiotelegráficas fundada en sus diferencias de tono”.  

Esas cartas y otra más que dirigió a Leonardo Torres Quevedo, quien calificó a Brañas de “muy trabajador, ingenioso y hábil para resolver los problemas de radiografía que desde hace tiempo le ocupan”, formaban parte de la campaña que organizó Brañas para conseguir una pensión de la JAE de tres mil pesetas que le permitiese trasladarse a Francia. Su objetivo, según la instancia que firmó el 15 de marzo de 1922 (ver aquí) era hacer “un estudio experimental de novísimos procedimientos selectivos y antiparasitarios de recepción radiotelegráfica” en París y en algunas de las estaciones intercontinentales de Lyon, Nantes y Burdeos. La pensión le fue concedida por un período de tres meses, con un importe de 1.500 pesetas, inicialmente por Real orden de 10 de marzo de 1923. Pero tuvo que ser ratificada el 13 de diciembre de 1923 por el Directorio Militar a propuesta de la Junta de Ampliación de Estudios [6]. Brañas no se trasladó a Paris hasta principios de abril de 1924, teniendo que interrumpir su pensión a finales de ese mes al recibir “noticias alarmantes de la salud de su madre”.

A pesar  del escaso tiempo vivido en París su actividad fue considerable según los informes que remtió a Gonzalo Jiménez de la Espada y Constancio Bernaldo de Quirós, integrantes del equipo de la secretaría de la JAE. Así en las Memorias de los cursos 1924-1925 y 1925-1926 se señala:

Partió para Francia el 30 de marzo de 1924 y en París comenzó su labor visitando los más importantes Centros de telecomunicación y laboratorios de investigaciones radiotécnicas, para estudiar prácticamente el funcionamiento de aquellos dispositivos y juzgar de su eficacia en la selección y registro correcto de las señales. A este objeto, puesto en relaciones por mediación del señor Cabrera con el profesor M. H. Abraham, autor de uno de ellos, muy notable, visitó su laboratorio de la Ecole Normale Supérieure (rue D´Ulm),y el Observatorio Astronómico, donde su sistema receptor presta cotidiano servicio en el registro y confrontación cronométrica de las señales horarias lanzadas por los principales Centros de emisión europeos y americanos. Acompañado de los señores Jouaust y Mesny, colaboradores del general Ferrié, visitó también los laboratorios de investigaciones del Etablissement Central de la Radiotelegraphie Militaire, sito en el Boulevard Latour-Maubourg, donde a la sazón se estaba estudiando por el general Ferrié y sus colaboradores la aplicación a la radiotelefonía de las ondas cortas, de uno a dos metros solamente. En el Observatorio tuvo ocasión el señor Brañas de ver funcionar los aparatos de M. Abraham, manejados por los señores Colnel y Sibille, en la recepción selectiva en cuadro de cuatro metros y registro en banda de papel ahumado de las señales horarias emitidas por la estación americana de Arlington y su confrontación gráfica con las de los péndulos locales del Observatorio, pudiendo apreciar que, merced al sistema de recepción e inscripción adoptados, es posible hacer este cotejo de señales con error menor de una décima. De todo ello anotó datos interesantísimos. Gracias a las gestiones realizadas por nuestra Embajada en París, visitó el señor Brañas la estación militar de la Torre Eiffel y la civil de Villejuif, acompañado del inspector de Comunicaciones M. P. Lerecouvereux, estudiando en esta última algunos aparatos radiogoniométricos de recepción selectiva. Visitó, por último, el señor Brañas, autorizado por el director de la Compañía Radio France, M. Brenot, las estaciones de la Compañía, cuyo conjunto constituye el gran Centro Radioeléctrico de París y comprende el de emisión de St. Assise (que es el más potente del mundo y está emplazado a 40 kilómetros de París), el de recepción de Villecresnes, que posee los aparatos de selección e inscripción más perfectos hasta el día inventados, y la gran Central de París. Acompañado por el Secretario de la Radio France y por un ingeniero de la Compañía, puestos amablemente a las órdenes del señor Brañas, hizo su primera visita al Centro receptor de Villecresnes, situado a 20 kilómetros de París, el día 17 de abril, pudiendo ver funcionar en uno de los pabellones destinados a las comunicaciones transcontinentales, el grupo de aparatos empleados exclusivamente en la recepción, mediante un cuadro de cuatro metros solamente, de los radiogramas de Norteamérica. Los inscriptos aquella tarde, a la vista del señor Brañas, procedían de la estación norteamericana de Long Island (WOK) y, a pesar de la enorme distancia, de ser un día tormentoso el de la visita y de la velocidad de la emisión, que excedía de cuarenta palabras por minuto, las inscripciones obtenidas en la cinta de control eran, según observó el señor Brañas, correctas y limpias de parásitos. Después de haber recorrido el señor Brañas, recogiendo interesantes datos, todos los pabellones receptores de Villecresnes, entre los cuales hay dos destinados a las comunicaciones de América, uno a las del Extremo Oriente, dos a las europeas y uno a investigaciones y ensayos del personal técnico, regresó a París con sus acompañantes para ver la admirable Central que liga y dirige, mediante una red de líneas telegráficas y telefónicas auxiliares, todos los servicios de emisión y recepción de la Radio France, ocupando la totalidad de un edificio en la Rue Mont-Martre.  Realizada esta labor preliminar de visitas y recogida de datos, se disponía el señor Brañas a comenzar un estudio comparativo, detallado y metódico de todos los sistemas de recepción selectiva y antiparasitaria vistos por él, cuando una triste noticia familiar le obligó a salir precipitadamente de París, interrumpiendo su pensión y sus estudios en el punto en que la prosecución de éstos ofrecía indudablemente el mayor interés.

A su regreso de Francia Gonzalo Brañas se convirtió en un gran publicista de la radio en La Coruña. Como radioaficionado se le asignó en 1935 el indicativo oficial EA1BY. Previamente, el 20 de febrero de 1929, fue nombrado teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Coruña, presidiendo la constitución del nuevo ayuntamiento al ser el concejal de mayor edad [7].  También en ese año formó parte de la Junta directiva del Auto Aéreo Club de Galicia [8]. A principios de 1931era el presidente del patronato local de formación profesional en La Coruña, del que también formaba parte como vocal su hermana Celia Brañas [9]. Se jubiló como catedrático del Instituto de Fisica y Química del Instituto Da Guarda de A Coruña el 9 de octubre de 1939, tras obtener una prórroga pues le había correspondido jubilarse el 17 de diciembre de 1936.

El 27 de julio de 1941 ingresó en la Real Academia Galega. Falleció en A Coruña el 2 de agosto de 1948, ocho meses antes de que la Radioafición, por la que él tanto trabajó, fuese legalizada nuevamente en España tras más de una década de estar prohibida.

La larga labor docente de Gonzalo Brañas, caracterizada por explicaciones prácticas y experimentales en el aula, sería encomiada por alguno de sus alumnos, como ha destacado Xosé A. Fraga. Así Juan Rof Carballo señaló que este profesor “con una modesta piedrecilla de galena nos abría los ojos sobre el mundo de las ondas hertzianas” (Rof, 1993: 28). Por su parte Emilio González López dejó escrito: “Mi interés por las ciencias recibió un espaldarazo definitivo con dos verdaderos maestros que tuve especialmente en el último año de Bachillerato, con las enseñanzas de D. Fermín Bescansa Casares, profesor de Historia Natural, y de D. Gonzalo Brañas, profesor de Química (González López, 1987: 69).

Gonzalo Brañas Fernández. Fotografia. Real Academia Gallega.

Fuentes

Archivo de la JAE en la Residencia de Estudiantes.- Expediente 23-473, 100 págs.

Memorias de la JAE. Memoria años 1922-1924 (Madrid 1925), p. 98; Memoria años 1924-1926 (Madrid 1927), pp. 27-29.

Obras

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1903): “Identidad de las radiaciones hertzianas, térmicas y luminosas”, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 1: 3-8.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1905a): Una nueva substancia higrométrica, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 3: 164-166.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1905b): Influencia del eclipse total de Sol de 30 de agosto último sobre la declinación magnética. Observaciones hechas en La Coruña, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 3: 340-342.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1907): Estudio sobre las radiaciones hertzianas. Memoria presentada por D. Gonzalo Brañas Fernández para obtener el grado de Doctor en Ciencias. Sección de Físico-Químicas. La Coruña: Tip. Galaica de la Viuda e Hijos de Brañas. 54 p. + 2 lám- + 1 hoj con grabados intercalados. [existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional]

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1910a): Nuevo magnetófono de registro mecánico automático, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 8: 345-349.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1910 b): “Nota sobre un nuevo sistema mecánico de registro de las variaciones del campo mecánico terrestre”. Oviedo 15 de marzo de 1910. 9 pp. Manuscrito en su expediente del archivo de la JAE de la Residencia de Estudiantes. Con informe de Blas Cabrera.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1914a): Registro con el receptor Morse de las señales horarias del Observatorio de París, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 12: 295-297.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1914b): La microradiographe, Comptes rendus hebdomadaires des séances de l'Académie des Sciences, t. 159: 32-34.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1914c): El microrradiógrafo, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, 12: 369-373.
(
BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. 1915): El registro de las ondas hertzianas a grandes distancias, Actas Congreso Asociación Española para el Progreso de las Ciencias (Valladolid), 2: 101-106.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1916?): Registro de las señales hertzianas a grandes distancias, Revista de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, t. 14: 525-548.

BRAÑAS FERNÁNDEZ, G. (1916): Registro de las señales hertzianas a grandes distancias. Madrid: Impr. Renacimiento, San Marcos, 42.

Bibliografía secundaria

ABEIGÓN VIDAL, Tomás Manuel [2016], “Gonzalo Brañas Fernández, EA1BY (1866-1948), ilustre radioaficionado gallego, inventor del Cimaciógrafo”, en Experiencias tempranas de radio en España. La historia de la radio en España contada por un radioaficionado pontevedrés. [lectura 08/01/2017] [URL: http://experienciastempranasderadio.blogspot.com.es/2016/12/gonzalo-bran.... De esta interesante entrada están obtenidas las imágenes que ilustran esta noticia biográfica.

AUSEJO, E. (1993): Por la ciencia y por la patria: la institucionalización científica en España en el primer tercio del siglo XX. La Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Madrid: Siglo XXI de España Editores, S.A.

BESCANSA ALER, Daniel (1946-1950), “Don Gonzalo Brañas Fernández”, Boletín de la Real Academia Gallega, tomo 25,  nº 289-293,  pp. 145-149

FRAGA VÁZQUEZ, Xosé A. ([2016], “Gonzalo Brañas Fernández”, en Álbum da Ciencia. Culturagalega.org. Consello da Cultura Galega. [lectura: 08/01/2017] [URL: http://www.culturagalega.org/albumdaciencia/detalle.php?id=1050]

GONZÁLEZ LÓPEZ, E. (1987): Memorias de un estudiante liberal (1903-1931 . Sada-A Coruña: Ediciós do Castro.

J. A. (1916): El “cimaciógrafo” Brañas o un registrador de radiogramas, Ibérica, v. 6, n. 143: 200-201.

ROF CARBALLO, J. (1993): Autobiografía intelectual, Anthropos, 141: 27-37.




[1] El diario de Lugo 17 mayo 1884, p. 2

[2] Noticiero salmantino 7 mayo 1898 p. 2

[3] Gaceta de instrucción pública 15 febrero 1897 p. 5

[4] El Imparcial 24 marzo 1903 p. 1

[5] Gaceta de instrucción pública y bellas artes, 9 agosto 1916, p. 12 donde se publica la real orden de 28 de julio sobre ese traslado.

[6] La Opinión 15 diciembre 1932, p. 2. Otros pensionados son Jimena Fernández de la Vega a la que se asignaron 5.350 ptas y Gabriel Martín Cardoso al que se financió con la estimable cantidad de 7.900 ptas.

[7] El Orzán 19 febrero 1929, p. 1; El Progreso, 20 febrero 1929,  p. 2.

[8] El Progreso, 5 junio 1930, p. 1

[9] El Orzán, 14 enero 1931, p. 1

Leoncio López-Ocón Cabrera

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